Una actividad que aún
perdura en el tiempo
La entidad que fiscaliza las competencias automovilísticas
en el pueblo, lleva 53 años en actividad y sigue en marcha
Por Bruno Camusso
En la agenda deportiva nacional, sin duda que el automovilismo se lleva el segundo puesto después del fútbol en cuanto a convocatoria. Esa pasión por las carreras ha distinguido al país como uno de los pioneros en competencias automovilísticas deportivas y ha generado una gran gama de pilotos que se distinuió a nivel mundial.
Con menos recursos y espectacularidad, pero a la vez con la misma intensidad, se vive esta disciplina en el sur de la provincia de Santa Fe, más precisamente en Chañar Ladeado, departamento Caseros, en donde el público fierrero se distingue con notoriedad.
Un poco de historia
La actividad comenzó en el pueblo allá por 1959, un 11 de mayo, cuando se fundó el Motor Club. En una época en la que las contiendas de velocidad estaban pasando por un gran momento a nivel nacional, no podía ser menos en un pequeño pueblo, que no por humilde iba a ser menos emprendedor a la hora de organizar todo lo relacionado a esta apasionada disciplina.
Por iniciativa de muchos pero principalmente de Rogelio Oddino, se fundó la institución de motores en el pueblo. Oddino fue un firme e incansable impulsor del automovilismo local y logró convencer a los representantes de la comuna local de aquel entonces de que era necesario la realización de una pista que obviamente, se iba a construir en una zona alejada del sector urbano, pero aledaña y dentro de los límites del pueblo.
Y finalmente el 11 de mayo de 1959 se logró lo que aquel trabajador siempre quiso y se fundó el Motor Club de Chañar Ladeado, en el camino que une al sector urbano del pueblo con la estación de ferrocarril del mismo.
En la actualidad la pista lleva el nombre de Eduardo Ferroni, y es un circuito de tierra de 1300 metros de extensión que se encuentra ubicado dentro del predio. Esta pista combina zonas trabadas con partes muy rápidas y tiene cinco curvas y zonas de escape de tierra y pasto.El trazado del circuito está dado por una larga recta principal (frente a boxes) que desemboca en la primera curva. Luego se llega a una chicana amplia. Antes del giro a la izquierda, se encuentra una recta corta y opuesta que termina en el ingreso al amplio curvón, que desemboca en la recta principal.
A su vez, el predio cuenta con un kartódromo sumado a la pista principal. Esta pista lleva el nombre de Rogelio Oddino, en homenaje a aquel incansable trabajador y promotor del deporte sobre ruedas del pueblo.
Allá por los años 70 se vivieron las mejores épocas del club, cuando se gozó de la mayor convocatoria de público en la historia. Fue en un período de tiempo en donde se organizaban las pruebas de la categoría Limitada Santafesina, con fecha fija puesta el 20 de junio de cada año.
En la actualidad, la actividad en pista persiste en el Motor Club, pero los tiempos no son como los de antes. La historia ha cambiado en el mundo del automovilismo regional y ya no es lo que era, pero aún hay personas que creen que pueden seguir dándole vida a este maravilloso y apasionante espectáculo.
Con los fierros en el corazón
El personal es reducido pero suficiente como para que todo siga en marcha. En este caso dos miembros de la comisión directiva del club y apasionados por las carreras, otorgan sus sensaciones respecto a lo que significa el automovilismo en las categorías regionales del sur de Santa Fe.
Uno de ellos está cansado y se le nota en la cara. No fue una jornada laboral en el Motor Club, pero él está muy ocupado preparando los pedidos para su vinería, el tabajo al que se dedica día a día como medio de vida.
Leandro “Turri” Cantarini es uno de los hombres que se encarga de la organización de las competencias deportivas automovilísticas en Chañar Ladeado. Uno de sus hijos, Gino, también comparte su pasión por los motores, ya que desde muy chico empezó a correr en karting y todavía lo hace hasta el día de hoy.
“Somos tres o cuatro que estamos en el Motor Club hoy a cargo, no hay muchos colaboradores que nos vengan a ayudar”, comentó Cantarini respecto a la cantidad de personal dispuesto a colaborar para que todo se lleve a cabo.
“Las categorías que vienen son las del sur, fiscalizadas por la Federación Regional 4, y vienen seis categorías de karting y siete categorías de autos. Este año tuvimos una de autos y una de karting”, dijo referido a la variedad de categorías que recibe el autódromo local cuando se está en competencia.
Santiago Semperini, otro miembro de la comisión directiva del Motor Club, acotó: “Las categorías de autos que participan son el TC Santafesino, TC 2000 Santafesino, Turismo Fiat 128, Renault 1400 Santafesino, Fórmula 2 Santafesina, Fórmula 1400 Santafesina y Promocional 1100 c.c. Son todas categorías regionales pero hay mucha variedad”.
Además de los autos, Semprini es un apasionado por el fútbol y es hincha de Chañarense, club de la localidad. Al igual que Cantarini, tampoco se dedica de lleno al mundo de las carreras, sino que lo hace por pasión. Semprini es contador, tiene su propio estudio y también da clases de matemáticas en la escuela comercial del pueblo y realiza reemplazos en los otros establecimientos educativos de Chañar cuando tiene la oportunidad.
“Hace poco tuvimos actividad, corrieron cuatro categorías de autos más los kartings, la verdad que fue un lindo fin de semana, se trabajó bien y mucho”, agregó. Semprini también comentó que “hacerse cargo del Motor Club, no sólo es ponerse de acuerdo para realizar las carreras, es un trabajo de todos los días”.
Cantarini se sumó al comentario de su compañero y acotó: “Es muy complicado, por ejemplo, hay que armar el circuito que es de tierra así que siempre hay que hacerle algo, porque la lluvia te lo perjudica, porque crece el pasto, etc. También hay que organizar todo lo demás que tiene que ver con la carrera, que de eso se encarga Santiago, en lo que es el tema de bomberos, ambulancia, de la gente disponible para trabajar”.
“De autos podemos llegar a tener tres carreras este año, y sí se hace complicado. Cada vez hay menos gente para trabajar y armar una carrera no se hace de un día para el otro”, agregó nuevamente “Turri”.
En cuanto a la entrada de dinero que le genera al club la competencia, ambos aclararon que los ingresos apenas alcanzan para subsistir. Al respecto Cantarini comentó que “se gana plata en una carrera, no mucha pero algo se genera. No se gana tanto por las entradas, sino porque los pilotos también pagan una inscripción que es para el club, si los pilotos no aportaran ese dinero se trabajaría con pérdidas”.
Cuando se acerca el momento de la competencia, los integrantes de la comisión directiva están completamente metidos en la organización de la carrera. “Es fundamental tener todo preparado de antemano para no tener que lamentar nada, el tema de la seguridad en la pista es fundamental”, dijo Semprini.
Referido al momento de la competencia, Cantarini dijo: “Las pruebas se hacen el fin de semana antes de correr. En esas pruebas los pilotos van y vienen en el día pero no vienen todos, vendrán un 30 por ciento del total de los corredores”.
Al momento de competir los pilotos se acercan en cantidades hasta el autódromo y ese también es un trabajo para los organizadores, el de poder encontrarles un lugar a todos los competidores. Cantarini comentó al respecto que “la actividad arranca los sábados a las 9 de la mañana y termina los domingos a la tarde. Algunos pilotos se alojan en hoteles, otros tienen colectivos, carpas, casillas y vienen el viernes a la noche y se establecen en el circuito”.
Lógicamente, las carreras que se corren en Chañar Ladeado son sólo una parte de lo que representa ese sector de la federación regional. “De las categorías del sur de autos, están Villa Cañás, Venado Tuerto, Bigand y Chañar Ladeado. En karting aparte de estos cuatro clubes, se agrega Casilda”, comentó Semprini.
Semprini también destacó que “es fundamental la comunicación entre los clubes, para que todos se puedan ayudar entre todos en cada fecha que se tiene que realizar”. El contador también resaltó las buenas relaciones que existen entre los distintos clubes de motores de la zona.
“La federación llama a reuniones a principio de año para armar todas las fechas, en las cuales participan todos los clubes. Ahí tratamos de ponernos de acuerdo, pulir las cosas buenas y las malas y ver cómo podemos mejorar en la ayuda a los pilotos y cómo podemos avanzar para generar más ingresos”, dijo Cantarini.
En años anteriores, cada vez que se corría una fecha de alguna de las categorías en el autódromo, el pueblo se movilizaba hasta la el predio y el ambiente se sacudía con el ruido de los motores sonando con toda potencia. Los organizadores coinciden en que en la actualidad, la actividad ha mermado y ya no moviliza tanto al público como antes.
“El nivel de afluencia de gente bajo muchísimo, no se si será por poder adquisitivo o que, pero se está terminando lo que son las ganas en el automovilismo. Las peñas no tienen los integrantes que vayan a armar los autos, así mismo cuando hay carrera no se arman las peñas para ir a comer el asado, entonces ha bajado mucho la cantidad de gente, diría que bajó más de la mitad de lo que era hace cinco años atrás”, dijo Cantarini.
“Antes era una fiesta cuando las categorías se acercaban al pueblo, hoy por hoy se vive diferente”, opinó Semprini. El contador también manifestó que “la concurrencia aumentó un poco en el último tiempo debido al karting y la presencia de pilotos del medio local”.
También aclaró que muchos de los que actualmente se adentraron en el mundo del karting lo hacen a modo de pasatiempo y muchas veces los aficionados locales se reúnen en el circuito para correr entre ellos por pura diversión. Entre risas agregó que esa diversión tiene apuestas de por medio entre los competidores, pero que todo se desarrolla en un ambiente muy sano.
Igualmente Cantarini opinó que “a pesar de todo la asistencia es muy buena”. El dueño de la vinería igualmente hizo una diferenciación y dijo: “Hoy estamos manejando un parque de entre 100 y 110 autos, pero no llegamos a las mil entradas. Hace siete, ocho o 10 años atrás, el parque era de entre 35 y 40 autos y se pagaban como mínimo unas 2500 o 3000 entradas”.
A pesar de todas las dificultades, estos hombres siguen firmes y trabajan con auténtica pasión para mantener viva la llama del automovilismo local. “No es un trabajo fácil, se reniega pero mentiría si dijera que no me gusta, la verdad es que soy tan fierrero que disfruto con el hecho de poder adentrarme en algo que me apasiona tanto y mientras pueda lo voy a seguir haciendo”, culminó Semprini.
Así está la actualidad del automovilismo en Chañar Ladeado. Nada ostentoso, sino más bien con pocos recursos y hecho enteramente a pulmón, pero manteniendo esa pasión por las carreras que hacen al automovilismo deportivo lo que actualmente es en el territorio argentino.
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