lunes, 28 de mayo de 2012

UN PROBLEMA SIN SOLUCIÓN 
La actualidad arbitral
vive en tela de juicio

Se da debido a que cometen errores garrafales. Al respecto
opinan los ex árbitros Horacio Elizondo y Claudio Martín

Por Román Garrone
La actualidad del arbitraje del fútbol argentino está pasando por uno de sus peores momentos, debido a que los jueces erran cando tienen que tomar decisiones al instante.  Si bien es verdad que ellos también son humanos y pueden equivocarse, hay jugadas que no se les pueden escapar. Además no cuentan con el apoyo de los líneas, ya que estos siempre se sacan el problema de encima y nunca toman decisiones para ayudar al árbitro. Con respecto al tema, el  ex árbitro de fútbol Horacio Elizondo dijo que “el arbitraje se encuentra en una etapa de transición demasiado prolongada en el tiempo, y las transiciones deben ser relativamente cortas”. Por otra parte Claudio Martín, con una larga trayectoria arbitrando en Primera, también se refirió al tema y explicó que “el arbitraje está complicado porque son demasiados permisivos con las protestas  y con el juego brusco”. 

El tema arbitral no está pasando por su mejor etapa y Elizondo dio su parecer: “Pienso que hubo un error de planificación (plan estratégico), en el desarrollo de toda la estructura arbitral”. Además explicó que hoy el arbitraje argentino se encuentra sin referentes, con un plantel de árbitros muy corto en cantidad y calidad. En relación a la formación de los mismos, Martín manifestó: “Les enseñan las reglas de juego, lo que tienen que hacer dentro del campo, pero después todo lo demás es temperamento de cada uno y las ganas de aprender que tiene”. Además afirmó: “A los árbitros les enseñan, de eso no tengo dudas”.

 La gente del mundo futbolero vive poniendo en tela de juicio el trabajo de los árbitros, situación sobre la que Martín consideró: “El arbitraje argentino esta muy cuestionado porque nadie cree en nada”. También expresó: “Todo el mundo piensa que los árbitros están arreglados y por tal motivo es muy difícil que el árbitro haga lo que le corresponde hacer, si nadie le va a creer”. 

 El problema que tienen los jueces debe tener una solución de inmediato. Hubo errores que hoy se están pagando caros. Al respecto Elizondo explicó que “el ascenso en todas las categorías de árbitros jóvenes debió realizarse 3 o 4 años atrás, y hoy el tema sería diferente”. Además señaló que desde el punto de vista informativo tienen que  trabajar de una manera distinta, más acomodada a estos tiempos, con más profesionalismo y sobre todo con un nivel de exigencia mayor. También contó que “no pueden seguir funcionando dos organismos enfrentados, como el colegio (que maneja las designaciones) y el departamento arbitral (encargado de la formación)”.

 Hoy en día no hay un árbitro superior a otros. Al respecto Martín  explicó que “están para ponerlos dentro de  un bolillero y sortear, porque son todos iguales”. Aunque concluyó: “Silvio Trucco y Germán Delfino son lo mejor que tenemos en el momento”.

domingo, 27 de mayo de 2012

Además de lo deportivo
ganó sociedad y cultura
El Club Social y Deportivo El Luchador pudo salir tras la crisis
gracias a la acción de los jóvenes y la música de Los Farolitos

 Por Pamela Roldán
 Un club es nada más ni nada menos que un lugar, una asociación y un espacio para llevar acabo actividades deportivas, culturales, políticas. Pero sin dudas lo más importante es su fin social, donde grandes y chicos puedan reunirse, encontrar, intercambiar y compartir momentos lúdicos a través del deporte y la actividad física. Decir la palabra club nos lleva directamente a pensar en el barrio, las raíces y los lazos que se unen. Nada de esto escapa al Club Social y Deportivo El Luchador.

Dicha institución se funda en el año 1932, con un grupo de hombres y mujeres que lo crean en base a la necesidad del barrio. Una de las principales cuestiones que había en esa época era la desalfabetización, ya que mucha gente no tenía la posibilidad de leer ni escribir. Fue un 1º de mayo, justamente, mientras que en el barrio había muchas menos casas, muchas menos opciones y la gente necesitaba un lugar de esparcimiento, de deporte y, también, de educación. Aquellas personas trabajaron para obtener lo que los vecinos disfrutan hoy en día. En un sótano del centro surgió la idea de crear un espacio para el barrio, y una de las principales iniciativas fue formar una biblioteca popular. Uno de los socios fundadores que apostó por tamaña iniciativa se
 llama Luis de Rosa, quien escribió un libro que se llama “Mi Club”, en el que cuenta toda la historia, los comienzos y cómo nació la necesidad de fundar El Luchador.
 Aunque a pesar del movimiento social de sus primeras épocas, durante los 90 la institución pasó por un periodo de inactividad. Sin embargo, el club salió a flote gracias a las acciones de una banda musical que nació  en el barrio a fines del 2001. En ese tiempo eran cinco músicos. Con el paso del tiempo se consolidaron y no se podían quedar sin un nombre que los identificara. Debido a lo difícil que se hacía todo en ese momento, decidieron prender una luz en esa amarga oscuridad. Fue entonces cuando sin discusiones pensaron en Farolitos, que hoy está integrada por seis músicos: Marcos Migoni en voz, David Guatelli y Martín Jáuregui en guitarras, Eduardo Dezorzi en bajo, Federico Beccacece en teclado y Ariel Cicaleni en batería. Una vez consolidada, la banda nunca dejó atrás su relación con el club.



“Somos de este barrio, somos del barrio La República, que no está reconocido por el municipio como tal, sino que está reconocido como Echersortu Este. Ciro Echesortu era un terrateniente de la época que iba por ahí cediendo algunas terrenos como para evadir impuestos y algunas cosas; entonces a nosotros no nos identifica. Para nosotros este barrio tiene que ver con la identidad y este barrio se llama La República, como se llama su plaza y la estación de trenes, que era lo que los movía”, cuenta Eduardo Dezorzi, bajista de Farolitos.
 Los abuelos de los miembros del grupo eran directivos de la institución en comisiones anteriores y después, en los años 90’, ellos comenzaron a tener participación en la vida política. “El club tenía una actividad que estaba buena, tenía actividades deportivas, culturales y una vida social que tenía que ver con el barrio en general. A medida que íbamos creciendo, eso se iba perdiendo, o sea no tenía que ver con la incompetencia de los que dirigían el club, sino que tenía que ver con un problema social que abarcaba esas épocas, que eran los años 90, en donde los espacios públicos y de participación sufrían un vaciamiento importante”, disparó Dezorzi.
 El Luchador no fue la excepción, el padrón de socios se redujo terriblemente, llegando a menos de cien socios. Como ellos eran chicos, tenían ganas de hacer muchas cosas, pero no tomaban dimensión y no entendían bien tampoco lo que pasaba. “Teníamos alguna participación, armábamos un programa de radio o un torneo de fútbol, o intentábamos hacer una subcomisión, cosas dentro del club. Por ahí no teníamos del todo el empuje, ni tampoco la química necesaria con los directivos de ese momento como para entendernos y construir algo en conjunto”, expresó. Además comentó que se daban cuenta que el club se venía abajo, por lo que querían hacer algo ya que desde ese momento sentían al club como propio. Corría 2001 y, entre la crisis del país y sus propias vivencias, los Farolitos organizaban radios, batucadas, subcomisiones. “Más que nada tiene que ver con la necesidad de contar lo que nos pasaba, somos de clase trabajadora, nuestra familia también y por ahí veíamos que en nuestras casas se la estaba pasando mal, que nuestros viejos se quedaron sin laburo o amigos y hermanos enrroscados en la falopa. Perdimos amigos que se suicidaron y situaciones así, que teníamos una necesidad fuerte de empezar a decir y denunciar lo que nos pasaba”, aseguró respecto a la necesidad de salir adelante mediante la música.

 Desde ese 2001, en su recorrido con la banda comenzaron a encontrarse con compañeros del barrio con los que ya se conocían, pero no se frecuentaban. “Es ahí donde empiezan a surgir muchas cosas, primero entender que ese era nuestro propio espacio y que teníamos que trabajar para que mejore y para que levante lo que era. Se formó una comisión seria que se llamó Juventud Luchadora y empezamos a hacernos cargo. En ese entonces le dábamos con un grupo de compañeros recuperando al club Federal, acá a la vuelta, que estuvo cerrado por 12 años y era un desastre. Se vendía falopa, los pibes se quedaron sin club y estaban en la plaza, en la calle o en las esquinas”, dijo Dezorzi.

 De alguna manera, empezó a surgir un movimiento barrial que tenía tres partes: El Luchador, El Federal y Farolitos. Los clubes ocupándose de la parte deportiva y la banda poniendo el granito de arena cultural. “Empezamos así, y al entender todas estas cuestiones empezamos a caminar, a andar con otros barrios, mucha gente, se hicieron otras redes y con organizaciones”, comentó con alegría.
Sin dudas fue un camino largo, que a lo que apuntan hoy en día es a la participación,  hay de todas las actividades deportivas y actividades culturales permanentemente.
 En la calle no hay pibes, la familia volvió a hacer uso de las instalaciones y de todas esas cuestiones se recuperó lo social. Además actualmente cuenta con varias subcomisiones; hay una de mujeres, otra de eventos, de deportes, de gimnasia y de danzas. Se practica fútbol de salón, tienen todas las categorías desde escuelita hasta primera y reserva, voley femenino, escuelita de voley femenino; gimnasia deportiva; taekwondo y también danzas y ritmos.
 El padrón de socios está arriba de los 500, y eso es lo que más se rescata, la vuelta de las familias y los vecinos a la actividad del club. Tampoco hay que dejar de lado a la incidencia y participación de los jóvenes, ya que sin dudas este club se ha sostenido por ellos.
 Se empezó a pensar en los clubes como lugares de distensión, algo que antes tampoco pasaba. Fue un proceso de concientización, que sirvió para que puedan ir aprendiendo acerca de todo y sin dudas se encontraron con que realmente sabían que tenían que romper con muchas cuestiones que estaban establecidas, pero que con el trabajo fueron surgiendo y cobraron su fruto.
DESCENDER DE LOS AIRES 
Paracaidismo, el arte
de volar los cielos

“¿Cómo te explico lo que se siente bajar en caída libre?”.
Matías Aresca, amante de  la disciplina, y su punto de vista

  Por Jona Reimondi
 Todo lo que sube tiene que bajar. Está frase se mimetiza al cien por ciento con el mundo del Paracaidismo, pero para ser más específica debería tener un par de palabras más: “Todo lo que sube tiene que bajar (pero) por voluntad  propia”. Y así es.

Pero no todo resulta tan fácil como lo muestran las películas, ni tan catastrófico como mostraba aquella vieja serie televisiva llamada “Los videos más asombrosos del mundo”. Existe un punto medio al que se llega mediante un proceso de preparación.
Matías Aresca es instructor del Club Rosarino de Paracaidismo. A sus 29 años tiene una vida entrelazada con el arte de descender de los cielos que se justifica con más de 3600 saltos. Tantos descensos son producto de que la actividad es su diversión, su deporte y su trabajo. A continuación es el encargado de desenvolver las diferentes cuestiones que hacen al punto cero del paracaidismo. Además desarrolla su perfil deportivo y la actualidad de dicho deporte en el suelo argentino.
Paracaidismo: punto cero

- ¿Cómo comienza una persona con el paracaidismo?
- Hay dos formas. Una profesional y otra recreacional. Existe el curso de paracaidismo para aquellos que se quieren dedicar a la actividad. Pero para eso, tenés que probar de qué se trata y por eso existe el salto tándem o bautismo.

-¿Qué es el salto tándem?
-¿Cómo te explico que se siente caer en caída libre?  Eso no se puede explicar, tenés que experimentarlo. Esa es la función del salto bautismo. Es la primera experiencia y para muchos la única. Otros quedan fascinados y de ahí hacen el curso. Obviamente el tándem se realiza con un paracaídas biplaza (de ahí su denominación) donde el instructor acompaña al paracaidista.

- Vinculando a la parte profesional ¿Cómo es el curso?
- El curso en Argentina es medio a los ponchazos. Además de la pequeña parte teórica, son quince saltos. Cinco de ellos como si fueran de bautismo pero con algunos leves movimientos. Otro cinco donde ya vas solo con tu paracaídas pero el instructor te va vigilando al lado y dándote indicaciones. Los restantes forman parte de la culminación del curso. Está claro que en quince saltos no se aprende todo. Necesitas cientos de caídas para manejar bien las posturas, las posiciones y todo lo que hace al paracaidismo.
Y el lado teórico está pero es intrascendente, lo importante es la práctica.  Podés saber lo teórico a la perfección  pero cuando se te abre la puerta del avión la teoría pasa a un segundo plano. 

- ¿Hay que cumplir ciertos requisitos para poder saltar?
- Lo único es no tener miedo. Si no hay temor cualquiera puede saltar. Ejemplo hay un hombre que no tiene piernas y salta con eso te digo todo. Se las arregla para aterrizar con otra parte del cuerpo.

- Como se sabe, el paracaidismo entra en el grupo de deportes extremos ¿Es realmente una actividad peligrosa?
- El paracaidismo es peligroso. En el sentido material no, pero en el sentido común sí. Estás subiéndote a un avión y tirándote, si eso no es peligroso ¿Qué lo es? (Tono de broma). Hablando en serio, si lo material está en orden no tiene porque haber inconvenientes. Puede volverse riesgoso cuando se salta de a muchos, cuando se realizan actividades que consiste en mezclarse en el aire, en formar figuras, etc.
Igualmente, para mí, es más peligroso ir hasta Victoria en auto por la ruta que tirarse en paracaídas. Si saltás solo, subís, abrís y bajás, no es peligroso.


- “Sino tenés miedo te podés tirar” ¿En lo personal tenés o tuviste miedo en algún momento?
- En el avión, por que ahí no dependés de vos, ni siquiera del piloto sino  exclusivamente del avión. Estás volando, se sale un plano (ala) y qué hacés, no volás más. Cuando me tiró en paracaídas ya depende solo de mí.

Perfil deportivo
Aresca no sólo pasa sus horas en el predio de Victoria, Entre Ríos, donde actualmente desempeña sus actividades el Club de Paracaidismo de Rosario, sino que la relación con el deporte vas más allá del vínculo laboral y como se mencionó en el comienzo la competencia es otra de las cuestiones que forman parte de su vida.

- Deportivamente hablando ¿Cuál es tu actividad y cómo te desenvolves en ella?
Yo me especializo en tres tipos de disciplinas que son competencias de aterrizaje: Velocidad, distancia y precisión. En Argentina existen, pero son escasas. Mis resultados a nivel local son buenos, lo que me dio la posibilidad de competir internacionalmente.

- ¿Internacionalmente…?
- Hace un tiempo atrás no pude ir a Praga a representar a Argentina por lo caro que es todo, pero el año pasado competí en el Campeonato Internacional de Paracaidismo y Copa de Golfo de Dubai, que es la competencia más reconocida de la actividad, donde se juntan atletas de todos los continentes. Obviamente los resultados no fueron para campeonar porque hay muchas diferencias de preparación entre el deporte en Argentina y en Dubai. Pero fue bueno haber asistido y personalmente es un logro.

- ¿Cuáles serían las diferencias que mencionas?
- Las diferencias surgen desde lo poco que está desarrollado el deporte acá. Por ejemplo, para viajar a Dubai tuve que vender rifas, sino se me hacía imposible viajar. Otra cosa, en misma competencia había competidores como yo que contaban con un solo paracaídas y hacía todas las pruebas con ese. En cambio, otros contaban con tres y cada uno especializado para cada disciplina. Las diferencias son marcadas.

- ¿Se podría decir que el paracaidismo en Argentina es casi nulo?
- Lo que pasa es que es un deporte que está naciendo. Hoy en día hay poco y nada, está todo en veremos. La Federación Argentina (de Paracaidismo) te llama para competir internacionalmente pero no te brinda competencias previas locales para que puedas ver cómo estás parado. Así que tenés que arreglártelas para entrenar solo. Y es muy caro. Eso también hace que no haya muchas personas que quieran practicarlo.

- ¿Cuál es la dimensión de la palabra “caro”?
- Lo caro por ahí se da desde la concepción de poco desarrollo y la economía. Desde mi experiencia personal puedo decir a modo de ejemplo que practicaba vuelo libre (Free Fly), pero como se puso muy caro tuve que dejarlo y dedicarme únicamente a la competencia de aterrizajes. Hoy en día mi salto en una zona barata sale ochenta pesos. Para poder entrenar bien hay que tirarse cuatro o cinco veces diarias.

Está a las claras las dificultades de la actividad en el país, y antes de desearnos Buenos Cielos (como se suele decir en la jerga de los aires), Matías Aresca como últimas palabras dijo: “El paracaidismo es bastante costoso y no se puede mantener. Si yo no trabajaría de esto no podría saltar todos los fines de semana”. Palabras que sustentan  que el paracaidismo en Argentina, como tantos otros deportes, no son para todos.

CASTILLEJOS GUIÓ A CENTRAL

El espíritu canalla

           

Por Lucas Tschudy
 Comenzaba una de las cinco finales restantes para Rosario Central. Los partidos más decisivos para definir si el Canalla asciende a la primera división de forma directa o si deberá disputar una promoción, una final de ida y vuelta. El sábado por la tarde la gente fue llegando de a poco al Gigante, esperando festejar una nueva victoria, esta vez ante Atlético Tucumán, y poder así mantener las ilusiones más intactas que nunca.
 Pese al gran momento y buen rendimiento del equipo, más la conformidad con el trabajo del cuerpo técnico, las charlas de café previas al partido tenían un nombre en común: Gonzalo Castillejos. El delantero es uno de los que se lleva todas las miradas ya que siempre dice presente en cada partido de Central para otorgarle los tres puntos. Y vaya que su presente es digno para destacar: el delantero no sólo es el máximo artillero de Central sino también de la B Nacional.

El árbitro dio inicio al partido, y la platea que da hacia el maravilloso río Paraná ya miraba con ansias de gol cada movimiento de Castillejos dentro del área. Las charlas previas ahora se convirtieron en realidad, en tiempo real, momento en el cual el jugador le brinda esa alegría a la gente y le provoca dolores de garganta por tantos goles festejados. Y esa esperanza poco tiempo tardó en reafirmarse. Sólo un cuarto del partido le hizo falta a “Castigol”, como lo denominó la gente, para que su presencia en el área derive en un nuevo grito de gol.

Una vez más el punta dijo presente en un momento clave del partido, como tantas veces lo hizo. Esta vez para abrir el marcador y brindarle más comodidad y tranquilidad al equipo para lo que restaba de juego.
 El duelo continuaba y el dominio era cada vez más pronunciado para el Canalla. Pero pocas situaciones terminaban en los pies de Castillejos para que realizara lo mejor que sabe hacer, goles. Pero su trabajo ya estaba hecho, el triunfo se acercaba y era en gran parte gracias a él. El tiempo transcurría, hasta que llegó el momento de la última ovación de la tarde, de un nuevo agradecimiento por su deber, cuando Juan Antonio Pizzi decidió darle un poco descanso y resguardarlo en el banco pensando en lo que se viene.
 Cuando el árbitro decretó el final, Central había superado una nueva final. La gente fue dejando el estadio, copando las calles con alegría. Y, nuevamente, con el mismo nombre en común entre sus charlas y agradecimientos por la victoria obtenida.
 Tantas veces fue tapa de diarios y su nombre fue utilizado en la titulación de las noticias, y ésta vez no sería la excepción. Ya es una costumbre, y por ello, Gonzalo Castillejos se ha convertido en el amuleto canalla y se ha afirmado como uno de los grandes estandartes de Central en esta temporada. Una nueva fecha quedó atrás y “Castigol” volvió a ser eco de todas las voces en el Gigante de Arroyito.

miércoles, 23 de mayo de 2012

PEDRO NICOLAS DASSETTO

La entrega de un joven
por amor al deporte

El ex jugador, árbitro nacional y asesor de la selección
cuenta su larga trayectoria en el hockey sobre patines
     
Por Marcelo Cabral
Pedro Nicolás Dassetto, oriundo de la provincia de Entre Ríos, tiene sólo veintiséis años, de los cuales veintitrés los ha dedicado a un deporte no muy conocido como el hockey sobre patines. Inició su práctica desde muy pequeño, en el Club Recreativo de la capital entrerriana, y se desarrolló en un puesto aún menos frecuente, el de arquero.



- ¿Cuáles fueron tus mayores logros como jugador?
- El hockey sobre patines no es un deporte masivo, todo lo contrario, es escaso el número de jugadores y mucho más escaso el de jugadores que se dedican al puesto de arquero, entonces el arquero suele tener que cubrir generalmente varias categorías. Por ejemplo, yo era infantil y cubría la categoría cadete, la categoría juvenil. Incluso yo siendo juvenil ya era suplente de la Primera, y gracias a ello viajé mucho a nacionales.
Los logros fueron diversos, siempre en la provincia, obteniendo buenos resultados. A nivel nacional estábamos un poco bajo la sombra de los sanjuaninos y los mendocinos.

- ¿Después de que fuiste jugador decidiste ser árbitro o técnico? ¿Qué fue primero?
- Primero empiezo como árbitro, una vez que yo dejo de jugar a los 18 por una lesión en la rodilla. Empiezo a arbitrar a una edad relativamente joven, en una época donde había un plantel reducido, había una crisis. Ya con pocos partidos empiezo a dirigir primera división, todo en una circunstancia bastante inestable del  arbitraje en ese momento, fueron mis primeros pasos, mucha turbulencias en esos primeros años para los árbitros que estábamos en ese momento, porque éramos pocos y muy jóvenes. Imagínate arbitrar sólo diez partidos y ya estar en primera división, arbitrando jugadores de 33 años, hasta jugadores que nos doblaban en edad.

- ¿Y decidiste ser árbitro nacional?
- Después de tres años la Federación Entrerriana te designa la posibilidad de rendir para obtener la licencia nacional, que te permite arbitrar torneos nacionales.

- Después terminaste siendo y seguís siendo presidente del Colegio de Árbitros en Entre Ríos.
- Al pasar unos meses, en la Federación Entrerriana hubo un recambio y me designaron presidente del colegio de árbitros, que es la entidad que núclea a todos los árbitros que hay en la provincia.

- ¿Un cargo importante?
- Sí, a mí no me gusta decirme presidente, prefiero decir que soy el encargado, porque con todos los árbitros somos amigos, más que nada compañeros del deporte. Lo que yo hago es poder juntarlos, organizarlos, aconsejarlos, tratar de ayudarlos en los momentos difíciles que pueden llegar a tener dentro de la pista, más que nada eso. Básicamente, soy la conexión entre los dirigentes de la Federación Entrerriana de patín y los árbitros. Por ejemplo, en mi tarea básica semanal ellos me mandan la programación del fixture y yo lo que hago es la designación para los encuentros. Como así también defender los derechos del árbitro, y si los dirigentes me lo piden exigir las obligaciones a los árbitros.

- ¿Cuándo empezaste a dirigir un equipo?
- Eso fue a mediados del 2006, 2007, justo estaba arbitrando un partido en el Club Echagüe y en el entretiempo un dirigente del club me comentó su decadencia en cuanto  a la  dirección técnica, que la estaban sobre llevando de forma ineficiente. Entonces establecimos un contacto y cuando se inició la temporada siguiente, se comunicaron conmigo preguntando si tenía interés de llevar a cabo lo que se había hablado en aquel momento.  Ahí empecé a entrenar en ese club.

- ¿Vos siempre te basaste en la rama femenina, por qué?
- Yo siempre aspiré a dirigir la rama femenina para que no se me crucen los roles, porque mi primera función en el hockey sobre patines fue la de árbitro, y no me quería insertar en un club donde hubiera rama femenina y masculina. El club Echagüe sólo tiene rama femenina, ya que estando en un club donde existiera la rama masculina me perjudicaría en  mi función de árbitro, ya que los más experimentados solemos arbitrar los partidos más fuertes, que son en la primera división de la rama masculina.
- ¿En qué club estás actualmente?
- A fin del año pasado me desvinculé de Club Echagüe y ahora estoy en Unión Cultural San Guillermo.

- ¿Te convocaron como asesor de la selección femenina?
- Venimos de un año de transición y la Confederación Argentina de Patín (CAP) me designó como asesor. La Federación Entrerriana, que forma parte del CAP,  deslizó mi nombre como posibilidad y así fue como me designaron.

- ¿Cuál es tu función exactamente?
- Básicamente aconsejar al técnico acerca de las jugadoras que pueden llegar a integrar a la selección nacional, no tomo decisiones de quién se viste de la selección, sólo aconsejo al técnico del nivel que puede tener una jugadora en la pista. Pero sólo cuando él lo desea y lo solicite, no es una tarea cotidiana la que yo llevo adelante.


- ¿No te considerás una persona conocida del ambiente?
- Yo creo que al estar tanto tiempo uno se hace conocido, pero por eso mismo, por el tiempo que tengo en la disciplina, ocupando un rol u otro, pero nada más que eso.
Sí creo que me he ganado un lugar y que la gente me lo reconoce, pero más de eso no.
EL CONCEJAL MAURO MIGUEZ
De árbitro a político

 Por Gisela Flores
 El joven concejal de Funes Mauro Miguez recordó la época en la que fue árbitro de ligas infantiles y de las presiones y amenazas que sufrió por parte de los padres en ese periodo. Además manifestó que existe una decadencia en el arbitraje actual y que los negocios del gobierno con la AFA son sólo por una cuestión de ingresos.
 Miguez llegó al arbitraje de una manera algo accidentada, cuando en su último año en el colegio secundario mantuvo una discusión con el profesor de educación física por su forma de dar la cátedra. Por esa disputa, el joven quedó libre en la materia, y la institución lo instó a que realizara el curso de árbitro. “Es un curso muy entretenido, además tenía la obligación de rendir el reglamento, era parte de rendir la materia con la que me había quedado libre. Al final del año rendí las seis materias, y tuve que venir a Rosario a rendir el final, y ahí me recibí de árbitro de categoría B en la Asociación Rosarina de Fútbol Infantil, avalado por la AFA”, recordó Miguez, que además explicó que la denominación B se refiere a dirigir Ligas Infantiles, Menores y Ligas Regionales. “Básicamente tiene características más particulares, tiene materias como pedagogía infantil, porque no es fácil trabajar con chicos y mucho menos con los padres, porque se reciben presiones o amenazas, generalmente los padres juegan más que el niño”, agregó Miguez.
 En relación a este tipo de incidentes con los padres, el actual concejal de la ciudad de Funes recordó que en una oportunidad sufrió piedrazos a la salida de un partido en la cancha Juan XXIII, y cree que esto es debido a  que “los papás ven proyectarse en  los hijos una vocación deportiva que ellos mismos no han podido concretar”. En el año y medio que estuvo dirigiendo también sufrió otro hecho similar que fue en la Copa Aniversario de la ciudad de Carcarañá, donde se le acercó el secretario de Deportes de esa localidad para pedirle que “favoreciera a Deportivo Carcaraña”. “Hubo un ofrecimiento de dinero que culminó en una discusión y me volví a Funes”, relató. Al mismo tiempo, respecto al sueldo que recibía en esta actividad señaló: “Los sueldos son por partidos y también depende del tipo de partido, no te puedo decir que era bueno, pero era bastante importante para alguien que era estudiante en ese momento. El promedio era de 800 pesos, más un seguro de 400 en caso de que surgiera un riesgo”.

 Por otra parte, Miguez se refirió a que la decadencia del arbitraje en la Argentina se debe a que los dirigentes de la escuela de árbitro se eligen a dedo y no con criterios profesionales: “Los sistemas de administración y de dirección política del fútbol argentino viven un momento de corrupción y crisis muy grande”. Asimismo, el concejal y analista político se manifestó en contra de la intervención del gobierno en la AFA, ya que cree que “el gobierno tiene que intervenir en la actividad deportiva, pero desde la Secretaría de Deportes”. También agregó: “La Secretaría tiene que tener un protagonismo mucho mayor y se debe reestructurar claramente la funcionalidad de la AFA, que todavía funciona como en la época de la dictadura”.

 “Hay grandes negocios en torno al fútbol, las presiones por el torneo de la Copa Argentina tenían que ver más que nada por las presiones de los sponsors de la AFA, querían que River tuviese protagonismo porque dejaba grandes ingresos a la institución”, consideró Miguez. De esta manera también concuerda en que “el gobierno nacional está muy lejos de recuperar el protagonismo del deporte como un elemento de contención y organización social, ya que esto hace que se  incorporen muchas personas que están en situación de vulnerabilidad”.
 Miguez niega rotundamente la posibilidad de volver a dirigir partidos, aunque consideró: “Fue una muy  buena experiencia pero creo que ahora me toca dirigir en otros terrenos, diríamos que son muchos más complejos”. Asimismo el edil encontró una relación entre el arbitraje y la política y asimiló que “tanto el réferi como el político llevan la norma del  juego a la práctica”, y que debe saber administrar los tiempos, además de “saber aplicar medidas represivas cuando sean necesarias o medidas que  faciliten ciertas circunstancias cuando lo crea conveniente”.
 En ese marco, el concejal expresó: “Ambos cargos tienen que observar la ley a rajatabla cuando corresponde y tiene que ser flexible en ciertas situaciones”. Para completar el paralelismo, Miguez concluyó: “Hay una tribuna alrededor que al árbitro lo está observando todo el tiempo, en el caso del político la gran tribuna es el electorado, es decir, la opinión pública”.
           
Javier Meucci, el emblema del Taekwondo
Por Gisela Rodríguez
Sexto Dan, padre y maestro. Javier Meucci se destaca como uno de los representantes nacionales que ha colocado a la Argentina entre los cuatro primeros puestos a nivel internacional. Sus hijos son el legado vivo de la filosofía que el Taekwondo esparce sobre el cuerpo y la mente de los deportistas. Una disciplina milenaria con historia donde prevalece la constancia,  la perseverancia y la tenacidad.
“Siempre tuve el apoyo de toda mi familia”, destacó Javier Meucci, actual entrenador del seleccionado argentino de Taekwondo. Su carerra dentro de la disciplina comenzó en 1982 y hasta hoy se desempeña interrumpidamente en la actividad, la cual representa sus valores dentro de la sociedad. Meucci reconoció al arte marcial como formador de la mente y el espíritu. “Para mí es una forma de vida, entonces yo siempre traté de inculcárselo a mis hijos”, admitió.

¿Qué se siente ver a tus hijos practicando y que tengan la posibilidad de aprender de vos?
Entreno a Francesca que tiene cinco años y Gino que decidió comenzar a practicar por iniciativa propia a los dos años medio. Para mí es un orgullo porque realizan la misma actividad que yo y con mucha responsabilidad. De hecho llegamos con Gino esta mañana de la Copa América que fue en Tucumán, donde participaron nueve países y más de 1.500 competidores y él salió primero en forma de cinturón negro y primero en combate. Para mí obviamente es un orgullo porque además que le gusta practicar Taekwondo, le gusta competir y lo hace con muy buen nivel. 
¿A nivel internacional qué competencia existe este año?
A nivel internacional tenemos en agosto el campeonato mundial en Tallin, Estonia. Este año sólo juveniles y veteranos. En noviembre se desarrollará el sudamericano en Machu Pichu, Perú.
Como dato destacado,  hace unos días se desarrolló un congreso de la Federación Panamericana en Tucumán. Allí se discutió que muy probablemente Argentina sea anfitrión de los juegos del año próximo, con la ubicación de la sede en la ciudad de Rosario. Es muy importante esta promoción, teniendo en cuenta que mundialmente nos encontramos entre los cuatro países mejores del mundo. En Bulgaria 2006 quedamos en segundo lugar dentro del medallero general. Este fin de semana el seleccionado salió campeón Panamericano de la Copa América tanto en forma como en combate. Argentina está en el primer nivel.

¿Notás que el avance se dio en los últimos años?
Sí, de hecho fuimos evolucionando un montón. Hay que tener en cuenta también que desde el 2005 hasta ahora existieron cambios generacionales en cada seleccionado, y que van ingresando chicos nuevos, por fortuna, siempre con un mejor nivel.  

¿En qué año pensás que esta disciplina  adquirió un auge mayor  nivel nacional?
En 1968 vinieron los primeros maestros coreanos a la Argentina y desde ahí se comenzó a desarrollar con constancia en nuestro país. La nación empezó a competir en los campeonatos mundiales en las primeras ediciones de los mismos. En la parte deportiva el Taekwondo ITF fue muy desarrollado mundialmente y sobre todo en la Argentina. Se puede decir entonces que se tuvo un auge desde siempre, pero sobre todo desde los ’90 en adelante.
Actualmente Javier Meucci es el coordinador nacional del seleccionado y durante el año se desempeña como profesor en un reconocido club de la ciudad de Rosario. Ve crecer a sus hijos divirtiéndose y aprendiendo de la disciplina del Taekwondo, su mayor logro que le dio la vida. A nivel competitivo se coronó campeón en reiteradas ocasiones con la albiceleste. 

¿Qué significa ser Sexto Dan y representar al país?
Para mí es un honor muy grande, porque yo llevo a la Argentina en mi corazón. Creo que para cualquier deportista lo más importantes es representar a su país en la actividad en la que se desarrolla. Por eso fue un orgullo muy grande ver elevarse la bandera argentina cuando salí campeón mundial en Bulgaria. Estar en el podio y ver a la bandera fue un verdadera satisfacción. 
Con las ideas claras y el espíritu deportivo intacto, Javier sueña con volver a la competencia como partícipe personal. “Este año seguramente ya tengo el tiempo para ser Séptimo Dan, la graduación de maestro. Eso es muy importante para mí. Estoy analizando también la idea de competir en mi último mundial, en Estonia”, exclamó el rosarino. Admitió que las razones que le complican la realización del viaje son meramente económicas, ya que los competidores se deben solventar todos los gastos. “En el caso de los entrenadores, la Federación Argentina nos paga la estadía”. Los sponsors sonprecisamente los actores principales a la hora de cubrir los márgenes de dinero necesarios.
A la hora del desarrollo diario los factores económicos dependen de cada institución. “Asimismo sin tener apoyo del gobierno, la Argentina está entre los mejores cinco países del mundo, siendo los restantes cuatro, subsidiados por el estado. Corea del Norte, Rusia,  República Checa, Kazajistán, Croacia, son naciones donde se compite de manera profesional y se ubican entre los primeros seis junto con Argentina”, remató. 

 ¿De todos los países a los cuáles viajaste, cuál te sorprendió y cuál fue aquel que más te gustó?
Por una razón de que el Taekwondo es coreano y proviene de ese país, para mí fue muy importante viajar a Corea del Norte, a Pyong Yang. Estuve en dicha ciudad, donde estás sepultado el general Choi Hong Hi, creador de la disciplina. Además allí está el Palacio del Taekwondo, construido por el general. El mismo tiene capacidad para 2.400 personas sentadas. Fue magnífico ver la exhibición del equipo local y todas las competencias que se desarrollaron. Es un país al cual no muchas personas del mundo pueden acceder, así que fue un verdadero privilegio.
Bulgaria y Eslovenia son otros de los lugares a los cuales me gustó viajar, en este caso, por la belleza de sus paisajes.  En cuanto a la competencia el mejor rendimiento lo hemos tenido en Bulgaria, al quedar segundos en el medallero general.

¿Durante los torneos qué factores intervienen, influye mucho lo psicológico?
Fundamentalmente en la parte profesional se tiene muy en cuenta la cuestión psicológica, sin dejar de lado obviamente la parte técnica y la física. No hay que dejar librado nada de estas tres cosas al azar. Es muy relevante este aspecto porque por intermedio de trabajar con los factores positivos y tener una mente concentrada en la competencia, se logra adquirir un mayor rendimiento y una mayor confianza. Se realiza un trabajo de observación para adelantar visualmente y trasladarse al lugar donde se vaya a realizar el torneo y ver todo con anterioridad.

¿Ustedes se ayudan particularmente con algún profesional o realizan por su cuenta la preparación psicológica?
En el caso de afrontar la competencia de los mundiales, tanto en Bulgaria en el 2006, como en Eslovenia en el 2007, además del año pasado en Corea del Norte, yo trabajé con profesionales. Se contaba para el seleccionado con responsables abocados a los aspectos físicos, yo dirigiendo la parte técnica y un psicólogo que trabajaba sobre la parte mental. Igualmente en mi rol de entrenador se trabaja también la parte psicológica de los alumnos”.

Como entrenador ¿qué le recomendás a todos aquellos que quieran iniciarse en la disciplina o que ya estén practicando?
Fundamentalmente el Taekwondo es un arte marcial y no un deporte, así que hay que practicarlo como lo que es. Requiere mucha disciplina,  mucha constancia, perseverancia y tenacidad. Esos factores son los únicos que inevitablemente te permiten llegar a un nivel óptimo y a una graduación alta. Más allá de que uno tenga más o menos condiciones físicas o técnicas, lo más importante es tener constancia y perseverancia. Es la fórmula para triunfar de cualquier persona, en cualquier actividad. Después particularmente tienen que entrenar mucho desde la parte técnica, física y mental.
Javier Meucci         
Trabajo en estado puro, ingrediente fundamental para que la Argentina se ubique hoy entre los mejores países a nivel internacional en la práctica y competencia del Taekwondo. No hay recetas secretas, todo se basa en la preparación y el esfuerzo.

Sarmiento de Leones en
su primera participación
El conjunto Demonio disputó por primera vez el Argentino B
no pudiendo pasar de ronda, pero dejando un papel positivo

Por Román Garrone
 Sarmiento de Leones hizo su primera participación en el Argentino B, donde jugó 24 partidos de los cuales ganó 7, empató 11 y perdió 6, llegando así a ocupar el quinto puesto en la tabla de posiciones y lo dejó fuera del certamen, sin chances  de pasar a la segunda fase. Además convirtió 26 goles y recibió 29, por ende quedó con menos 3 goles, y quedó  a 2 puntos de entrar en zona de clasificación.
 Una mañana del mes de septiembre los dirigentes del club se vieron sorprendidos con la carta que llegó desde AFA, para hacerles saber que Sarmiento era invitado para participar de este torneo. En sólo 2 semanas tuvieron que armar un cuerpo técnico y contratar jugadores. Al respecto el presidente de la institución, Ramón Visani manifestó que la invitación fue sobre la hora del sorteo y tuvo que armar el equipo en pocos días. Además afirmó: “A mí me gustó mucho que nos hayan invitado, porque no lo pedimos y nos tomó de sorpresa. Es motivo de orgullo”. También contó que gracias a esta participación el club tomó una relevancia importante y es mucho más conocido. Y agregó: “Estuvimos en el cuarto lugar de un club de Córdoba que despertó más simpatía”.

 Todo era nuevo para un club de barrio que a lo largo de los años fue haciendo historia y logrando cosas importantes, como por ejemplo: obtener la Copa Amistad, la más grande del mundo. Jugar con San Martín de Tucumán, en una semifinal. Recibir la visita del Club Morón y visitar a Talleres de Córdoba por la Copa Argentina,  fue todo un revuelo para la ciudad. Y ahora se encontró con la chance de disputar un torneo nuevo y con expectativas. Lo principal era mantener la categoría y luego ver. “El balance es positivo debido a que se armó todo rápido, con vivencias nuevas”, dijo el director técnico Aníbal Mugione. Además agregó: “Para este tipo de torneo y más para un equipo nuevo, el primer año, siempre hay que tratar de mantener la categoría, un segundo año para consolidar el equipo y en un tercer año pensar en algo más, como clasificar y aspirar a ascender de categoría”.

También el mediocampista y volante central Federico Manzanelli contó: “Estoy satisfecho por lo echo, ya que fue la primera participación”.
 El demonio cordobés dejó pasar mucho puntos jugando como local, si bien no perdió nunca, empató muchos partidos y eso es un poco la razón de porqué  6. Al respecto el volante central explicó que en la primera etapa  el equipo sacó pocos puntos de visitante y costó mucho remontarlo”. El técnico reconoció: “Dejamos pasar muchos puntos de local, si bien no perdimos nunca en nuestra cancha, hubo partidos que merecimos más”.
 En la parte táctica y futbolística el Demonio tuvo picos altos y bajos. No fue un equipo parejo en todos los partidos y en donde más estuvo flojo fue en la delantera, donde en 26 encuentros, Sarmiento convirtió 24 goles. Claramente faltó la puntada final. “En el primer semestre fue más notoria la falta de gol porque generamos situaciones y no convertíamos. Después con la llegada de Cristian Badaraco fuimos más contundentes”,  declaró Mugione. Además manifestó que “al equipo le faltó la cuota de suerte que se necesita para ganar algunos partidos”.  Manzanelli, que coincidió con el técnico dijo: “Los delanteros viven del gol y muchas veces no puedo entrar. Teníamos llegada, pero nos faltó la definición”. 

  DECLARACIONES DE MANZANELLI
   Sin dudas que esta participación en un torneo tan importante como el Argentino B dejó muchas cosas positivas en el club. En varias ocasiones muchos jugadores de la institución  lo supieron disfrutar y aprender varias cosas, como por ejemplo tener experiencia en otra categoría del fútbol. “Cuando era chico y  llegué al club nunca soñé este momento. Fue una experiencia muy linda”, expresó el volante central del equipo. Por otra parte el presidente del club manifestó: “Este torneo le sirvió mucho a los jugadores del club, porque tuvieron roce con jugadores y técnicos de otra jerarquía”.

Finalmente Sarmiento no pudo clasificar a la siguiente ronda, pero el papel que hizo fue digno. El último encuentro de la zona, contra Atenas de Río Cuarto, el Demonio jugó mal y lo pagó. A ese partido llegó mal,  ya que el anterior como local con Sarmiento de La Banda de Santiago del Estero empató a  2 minutos del final. Fue un bajón anímico importante. “El impacto de no haber clasificado con La Banda de local,  nos pegó fuerte. Y con Atenas fuimos mal en la parte mental”, agregó el técnico blanco y negro. Así y de esta manera se esfumaron las expectativas de pasar de fase. Sin embargo, como lo dice el título del libro de Sarmiento, todo esto es SOLO UN TRAMO DEL CAMINO.