miércoles, 7 de noviembre de 2012

EN DOS AÑOS, DOS ASCENSOS



Albanese y el básquet
Por Gisela Rodriguez 
 Para un entrenador no hay mejor mérito que la consagración en un certamen, consecuencia que denota su trabajo con el plantel. Pablo Albanese no sólo logró ese reconocimiento sino que lo hizo de manera consecutiva y con el club de sus amores. El técnico de Newell’s Old Boys escribió su nombre permanentemente en el básquet de la institución. Los campeonatos y ascensos conseguidos en el 2010 y 2011, catapultaron al equipo rosarino a la Primera división, luego de varias décadas fuera de la competencia. “Trato de buscar la permanente mejoría”, sintetizaron sus palabras. 

 Pablo Albanese se inició en el básquet como jugador de la categoría Mosquito. Con tan sólo cuatro años ya establecía la constancia con la cual hoy se desempeña. “Empecé en Atalaya, porque mi viejo jugaba ahí y me llevó desde un principio. Después me reclutó Provincial al muy poco tiempo, donde prácticamente hice todas las intermedias”, explicó Albanese rememorando el comienzo de su amor por el deporte. Norberto Zuliani fue el responsable de su arribo y años más tarde tuvo la oportunidad de debutar en Primera a través de Víctor Debián. “Son los técnicos que uno más recuerda por circunstancias muy puntuales, pero todos te dejan cosas, tanto positivas como negativas. Tuve la suerte de debutar muy joven en Primera, a los 16 años, y la fortuna de permanecer 20 años”, aseguró el entrenador. 


En el Club Atlético Provincial descubrió su juego y sus capacidades. “Sin lugar a dudas es el club que más me marcó. Estuve desde los 10 años hasta los 21. Recuerdo haber jugado con una camada de chicos extraordinarios, tanto como personas como en el rol de jugadores”, señaló Albanese. Su personalidad y carácter le permitieron transformarse en uno de los jugadores más codiciados de Rosario y la zona. “Fui un jugador muy voluntarioso. Jugaba de 4 (de ala pivot) o de 3 (de alero). Era un jugador muy persistente. Me gustaba muchísimo entrenar, sabía lo que físicamente podía dar. Basquetbolísticamente bastante limitado, pero con muchas ganas”, señaló. Tales características lo llevaron a transitar su carrera fuera de Santa Fe. Luego de su partida de Provincial, se sumó a las filas de Ciclista de Junín y, posteriormente, arribó a Central Entrerriano de Gualeyguaychú. “Todas las etapas son diferentes, pero deportivamente lo mejor fueron esos casi cuatro años que estuve jugando a nivel nacional –relató el técnico-. Fue especial, además, por la experiencia de irse a vivir solo y de estar enfocado ciento por ciento al básquet”. 

A los 36 años cambió el paradigma. Su etapa como jugador llegó a su fin y comenzó a proponerse las futuras metas. La constancia que lo acompañó dentro de la cancha, permaneció intacta en su nuevo cargo. La persistencia y el trabajo los trasladó a sus dirigidos y desde su nuevo puesto técnico describió grandes victorias. Se hizo cargo del conjunto de Newell’s Old Boys y logró los primeros puestos de la Asociación Rosarina en el 2010 y 2011, lo que permitió que el plantel rojinegro se desempeñe nuevamente en la máxima división local. Después de muchos años el plantel del Parque Independencia retornó a la A, torneo en el cual continúa siendo referente con 14 títulos a pesar de grandes años de falencias y desmanejos institucionales. 
Sus primeros pasos en la conducción de un equipo fueron verdaderamente contundentes y simbolizaron una gran hazaña. “Tuve dos años de alegrías, lo cual es muy difícil, es bastante irreal. Realmente no pasa a menudo. En dos años, dos ascensos, es realmente muy difícil -sentenció-. Dirigí sólo dos años a Newell’s, las únicas temporadas completas que tuve. Recién arranco en la dirigencia, se aprende permanentemente. Trato de buscar la constante mejoría en todo. Seguramente cometí muchísimos más errores que aciertos, lo importante es captarlos y mejorar en lo que uno ve que se ha equivocado. Cambiar, cambiar las formas, ajustando los aciertos que uno tuvo”. 

Luego de la temporada 2011, Pablo Albanese se desvinculó de su cargo como técnico de Newell’s. “En su momento me fui a pesar de que me ofrecieron continuar. No compartía la forma de trabajar y el manejo que tiene la gente que todavía está en el Deporte Amateur. Ese fue el motivo por el cual no continué. Por omisión o por falta de capacidad, en el 2011, atentaron contra mi trabajo”, explicó el entrenador. 

                        
"Cuando llegué ya la situación era muy muy difícil"


 La máxima categoría resultó todo un reto para el conjunto de Newell’s Old Boys. En 2009 se reinició el proceso, consiguiendo plasmar en resultados el esfuerzo de un nuevo proyecto. Pero el alejamiento de la competencia grande le provocó una baja de rendimientos a ese nivel. Y fue entonces cuando Pablo Albanese debió regresar. El torneo transitaba las fechas finales y el descenso a la B se vislumbraba como inminente. Allí resonaba su nombre, para despertar la gloria del pasado y tratar de evitar un desenlace negativo. “Uno nunca sabe qué puede pasar, pero realmente no me imaginé un regreso. Las cosas pasan y hoy se viven diferentes momentos. En el club hay elecciones en diciembre y tengo la promesa del presidente que el área va a mejorar. Eso también hizo que me decida a regresar. Pero vinieron a buscarme en una situación difícil -reconoció-, casi irreversible. Lamentablemente no se pudo evitar”. Newell’s se encontró demasiado comprometido y terminó perdiendo la categoría. Albanese destacó, sin embargo, que su llegada antes del cierre de la temporada sirvió para poder encarar con el tiempo debido el 2013. “Empezar a diagramar y planificar lo que se viene con la mayor antelación posible, me da la posibilidad de reducir el margen de error al mínimo. Arrancamos hoy, no en febrero del próximo año, y eso nos permite aprovechar tomar una ventaja temporal”, argumentó. 

Newell’s cuenta, entonces, con el entrenador para el próximo certamen de la Rosarina y Albanese con una gran alegría al respecto: “Siempre es lindo volver. Estar en el club es una gran satisfacción, mas allá de la seriedad y del compromiso con el cual uno tiene que tomar su trabajo”. En asociación al reto que implica la situación deportiva estableció que “lo más importante es ser coherente, no repetir los problemas de este 2012”. El DT siguió con su apreciación respecto de lo importante que es la faz económica para plantear un futuro que sea promisorio. “Manejarse con un presupuesto extremadamente austero, o presupuesto cero, pero tener las cosas claras. Se puede tener un presupuesto mínimo o nulo y garantizar el buen tránsito del año y un buen grupo. Si el objetivo es mantener la categoría, se luchará sólo por mantener la categoría. No va a haber ningún problema y a nadie se le van a caer los pantalones por decir que Newell’s tiene que mantener la categoría. Lo importante es mantener las cosas claras, que los jugadores estén cómodos, que no surjan problemas o que surjan la menor cantidad posibles. Y, fundamentalmente, tratar de que Newell’s tenga en Primera división un plantel de chicos jóvenes, que puedan tener continuidad. Es necesario la gente joven, con muchas ganas de entrenar y fundamentalmente comprometida. En base a eso después se puede aspirar a un poco más”, reflexionó.
Su debut como jugador en Provincial y su primer paso como conductor en Newell’s Old Boys le enseñaron al rosarino la esencia y competencia del deporte que alguna vez imaginó James Naismith. Mucho futuro le resta por delante. Su voluntad y su compromiso por el trabajo, lo colocarán seguramente en las páginas grandes del certamen local.

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