lunes, 12 de noviembre de 2012

La defensa personal: lecciones de calle


Por Bruno Camusso
Las artes marciales siempre han sido tomadas como tema de película de acción. Las coreografías de combate y las escenas de golpes y tomas siempre han suscitado gran admiración por los fanáticos del cine de íconos como Bruce Lee, Chuck Norris, Jet Li, Jean Claude Van Damme o Jackie Chan. Más allá de eso, estas disciplinas llegaron a formar parte de lo que es el deporte y también se enseñan para poder aplicarlas en una situación de riesgo.
 En una casa de interior prolijo y ordenado, con un perro de raza Caniche Toy que tal vez no le hace honor a un tipo tan duro, Cristian Demo, mejor conocido como Quique, se dispone a responder algunas preguntas del mundo de las artes marciales. Demo era un aficionado al gimnasio de aparatos y se introdujo en el mundo de las viejas disciplinas orientales cuando en el club Chañarense, de la localidad de Chañar Ladeado, el profesor Martín Trevisán se encargaba de la enseñanza del Kung Fu. “Arranqué en Chañarense, como alumno. Después pasé a ser ayudante con Martín Trevisán que era el profesor de Kung Fu en aquel entonces. Después Martín se fue y el club me ofreció para ser profesor en la parte de Kung Fu: estuve un año en la institución, luego me retiré y me ofrecieron en el gimnasio Korper”, comentó Quique.
En una repisa se pueden observar distintos trofeos, medallas y un diploma que lo certifica con la Faja Negra en la disciplina del Kung Fu, aunque Demo aclara que dejó a este deporte un poco olvidado. “Después del paso por Chañarense dejé el Kung Fu y seguí con otro arte marcial que es un poco más completa, el Jiu Jitsu Tradicional. Comencé a entrenarlo en Rosario, donde sigo yendo para capacitarme. Lo que yo doy (enseño) en el gimnasio no es tan completo como lo que hago en Rosario, pero es la base de un entrenamiento para que lo pueda practicar quien quiera. Ya hace más de dos años que estoy con esto en Korper”, manifestó.

Sumado a esto, Quique explicó cómo surgió la iniciativa de parte del gimnasio para poder entrar a trabajar. “Me retiré de Chañarense como profesor. Para poder enseñar se requiere el título de profesor, portar la Faja Negra o estar avalado por algún otro profesor. Yo ya había rendido y tenía la faja, estaba habilitado para dar clases como profesor. Yo quería llevar el tema a otra parte, porque dar Kung Fu en Chañar no es rentable teniendo en cuenta la cantidad de alumnos que pueden llegar a asistir, entonces lo que traté es de diseñar una especie de entrenamiento. Me llamaron de Korper para enseñar algo de ese estilo, ya sea defensa personal o algún tipo de entrenamiento de combate para que el que quiera seguir en alguna arte marcial ya tenga una base”, explicó Demo. Y agregó que “lo que se hace es una base del entrenamiento que se realiza en algunas artes marciales o en el boxeo y pasa a ser lo que se llama un entrenamiento recreativo”. Para terminar de explicar los conceptos que se aprenden, Quique dijo: “Uno va teniendo en cuenta las diferencias entre las distintas formas de combate. Por ejemplo, en el Boxeo se usan las manos, en el Kung Fu y el Taekwondo se usan las manos y los pies y, el Jiu Jitsu, ya incluye todo: manos, pies y agarres. Lo que yo enseño es un poco de cada cosa, para que puedan defenderse tanto de pie como si alguien los agarrara y los tirara al piso”.

A este tema se suma uno de los alumnos de Demo, Guillermo Pérez, de 20 años, que relata cómo fue que se interesó. “Yo era un fanático de las películas de lucha y cuando me enteré de que en el gimnasio se enseñaba defensa personal enseguida me fui a anotar. Además, no había tenido la posibilidad de practicar Kung Fu en Chañarense”, manifestó Pérez. El aprendiz comentó lo que, fundamentalmente, suscitó su interés: “Podía llegar a aprender cosas que pueden servir para defenderse en la calle, más en estos tiempos donde hay tanta inseguridad”. Sumado a esto, comentó que “este tipo de cosas pueden llegar a ser necesarias, tal vez no en un pueblo, pero sí en la ciudad”.
Por lo general, estas disciplinas milenarias son muy rígidas en sus estructuras en lo que tiene que ver con el entrenamiento y el comportamiento. ”No se les exige mucho, pero sí hay ciertas reglas que yo quiero que se respeten para que después no haya problemas entre compañeros o en la calle. Ahí adentro tienen que ser todos amigos y entender que no es una competencia de uno contra otro. Como es recreativo no quiero que haya problemas entre los compañeros y, si existe un golpe demás, saber aguantarlo también es parte de la disciplina”, reflexionó Quique.
 Pérez recordó una anécdota. “Me acuerdo que una vez estaba entrenando con un compañero y sin querer me golpeó fuerte en la mandíbula y me cortó el labio. La verdad es que yo lo quería matar, pero Quique me calmó y me obligó a tranquilizarme o, sí no, iba a tener que dejar de entrenar. No pude decir nada porque esto es así, son cosas que te pueden pasar”, expresó.
En caso de una situación límite, es difícil saber si alguien va a estar preparado para defenderse mediante el uso de técnicas de combate en una pelea callejera. “Es algo que depende del alumno, de cómo esté en ese momento -adelantó Demo-. En realidad las técnicas se practican 100, 200, 300 veces hasta que se llevan al subconsciente. Entonces, en una situación límite uno no tiene que pensar en cómo hacer la técnica, fluye naturalmente, si vos pensás la técnica en ese momento no te va a salir. Si bien un ataque real no es como se entrena, porque en práctica se entrena suave y uno ya sabe cómo viene el golpe, en la calle no, no sabés ni cómo ni cuántos te atacan. Entonces depende de la persona y de cómo esté en ese momento”. No obstante, agregó que lo recomendable es “siempre prevenir, conversar con la otra persona en vez de ir directamente a los golpes, siempre se negocia antes de ir a los golpes”.

Para entender un poco mejor este tipo de cuestiones, Quique siguió explicando. “La defensa personal se divide en cuatro etapas: la prevención, la disuasión y/o la negociación y, recién después de eso, viene la parte de la defensa personal. La última parte es la post situación, que tiene que ver con que hayas recibido o aplicado un golpe y tengas que llamar a un médico, que venga y que tengas que hablar con la policía, que después haya revancha, por eso la defensa personal se divide en fases. Al alumno lo que trato de enseñarle es eso, porque muchos piensan que es ir directamente a pelear, pero no. Casi siempre se negocia con la otra persona para que no haya problemas, que pueden ser también problemas legales por supuesto”.
Pérez comentó otra anécdota. “Una vez un compañero tuvo un problema a la salida de un boliche y llegó a oídos de Cristian. Como el chico tuvo que defenderse no fue tan severo como, por ejemplo, de llegar al extremo de expulsarlo, pero sí lo castigó en el entrenamiento, le preparó una parte física mucho más dura que al resto”, comentó el alumno.

Para finalizar la charla, Demo se refirió al uso de este tipo de técnicas a la hora de enfrentarse a una situación más complicada que una pelea callejera, como puede ser un robo en donde toman parte otro tipo de elementos. “La parte de los golpes es mucho más fácil de aplicar, el problema es cuando hay armas, cuando hay un cuchillo o un arma de fuego. Si uno no entrenó con ese tipo de elementos en ese momento no va a saber qué hacer. Por ejemplo, si nunca escuchaste el ruido de un arma cuando dispara te vas a nublar enseguida. Por eso se practica casi llegando a lo real, no se llega a lo real, pero es una aproximación”, expresó Demo. Por su parte, Pérez también dio su parecer. “Nunca estuve en una situación de esas características pero con lo que entrenamos en el gimnasio creo que podemos estar más preparados para ese tipo de situaciones. Igualmente espero que nunca tenga que lidiar con eso”, dijo el joven entre risas.
Ese es, en alguno de sus aspectos, el mundo de la defensa personal. Una disciplina que se nutre de muchas otras, pero que fundamentalmente trata de imprimirle a quienes la practican, la posibilidad de saber que hay una salida antes del conflicto y, en caso contrario, saber cómo defenderse cuando el peligro es inminente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario