sábado, 15 de septiembre de 2012

RAMIRO NUÑEZ, JUVENTUD Y TALENTO EN EL VOLEY

  Por Marcos Cavalleri

Ramiro Nuñez tiene 20 años, es estudiante y tiene novia desde hace dos años. En lo deportivo, juega al voley en el club Sonder de Rosario, donde arribó en 2008. En 2009 fue campeón del Sub 16 en la Copa Argentina de Clubes que se jugó en Buenos Aires. Además, en ese torneo fue distinguido como mejor jugador, mejor atacante y mejor receptor. Es integrante de la selección Argentina de voley y actualmente integra el plantel de la Primera división del club que lo vio nacer. Este atacante de 1,82 metros de altura dialogó con PolirrubroDeportivo y contó sus vivencias deportivas.


¿En qué posición te sentís más cómodo para jugar?
- Me gusta jugar de armador, por la responsabilidad que genera ese puesto, saber que todo depende de uno en la distribución y tener que saber leer bien el juego.

¿Cuál es tu función en el equipo dentro de lo que significa el grupo?
- Me gusta ser líder, que el equipo juegue para mí y ser quien tiene la responsabilidad en los momentos difíciles. Soy odioso dentro de la cancha, pero afuera es otra cosa.

En tu rol de líder, ¿cómo reaccionás cuando alguno de tus compañeros se equivoca por no estar concentrado o a la altura de las circunstancias?
- Si tuvo la actitud y no salió, todo bien. Pero cuando son boludeces es más fuerte que yo, no me puedo controlar y termino siendo duro con mis compañeros, pero ellos saben que se los digo por el bien del equipo. El técnico me dice que es peor, que los bajoneo y sé que tiene razón, pero a veces se me suelta la cadena.

¿Cómo crees qué te ven tus rivales en el desarrollo de un partido?
- Mi actitud cuando juego hace que me odien, molesta, pero no me conocen. Siempre me pasa que después cuando se ponen a hablar conmigo en los torneos o concentraciones me dicen que no les caía bien, pero al conocerme era otra cosa.

¿Cómo te sentís en cada partido que va más allá de lo deportivo, es decir cuando el clima es por demás de tenso?
- Me gusta ganar como sea, pero si yo quisiera responderles como ellos, me tendría que agarrar a trompadas y para eso haría boxeo como deporte y no voley. Por eso esas situaciones me motivan para querer mostrarme y hacer lo mejor posible.

¿Cuál o cuáles crees que fueron tus mejores momentos de tu carrera hasta el momento?
- Creo que en 2008 y 2009 tuve una mejora técnica y también mental, sobre todo después del Argentino Sub 18.

¿Cómo es para un jugador ir a un torneo sabiendo que va a ser elegido como el mejor?
- Cuando me enteré que no venía Gonzalo Quiroga ('si no se lo llevaba él, de una') se me pasó por la cabeza, pero eso me llevó a pensar en hacer lo mejor posible para ganar y demostrar que merezco ese premio. Igual siempre prefiero salir campeón a cualquier distinción individual.

¿Cómo te sentiste en el seleccionado argentino?
- Me sentí bien, pero lo que tiene es que en la Selección hay que entrenar bien todo el tiempo porque sabés que si tenés un mal día te podés quedar afuera. Además no es como en el club, ahí el nivel es parejo y todos son buenos. En el club es distinto, entreno y me divierto, se encara de otra manera. En la Selección es todo más profesional, vivís para entrenar y, a su vez, tenés la presión de mostrarte todo el tiempo, de que te están evaluando. Yo me lo tomo como que quiero demostrar por qué me tuvieron en cuenta, aprender, mejorar y dejar todo para tener chances de estar.

¿Se complica mucho tu vida personal con la exigencia que amerita el voley profesional?
- La verdad que sí. A veces me dan ganas de tirar todo a la basura. Ya perdí un año en el colegio y aunque ahora me va mejor tengo algunas para levantar y sé que lo tengo que hacer para que no me queden materias y poder estar en la Selección.

¿Cómo ves esta experiencia que se te presentó de disputar tu primera Liga con Sonder?
- Es una experiencia increíble. Me tocó estar en un grupo genial, desde los jugadores, entrenadores, mánager y todos los que rodean esto. Jugar de titular es algo que ni me lo esperaba, pero me encontré con la chance y traté de darle al equipo la confianza para que se sientan cómodos conmigo, teniendo en cuenta que también soy el más chico. Y eso se dio porque no me toman como un nene sino como uno más.
Ramiro Núñez, rosarino y voleybolista que promete desde el deporte y sueña con una vida ligada al alto rendimiento. Sus primeros pasos son más que promisorios, ahora resta aguardar por su desempeño a futuro, donde el horizonte muestra muchas luces.

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