Por Martín Closs
El domingo 7 de octubre la Unión de
Formosa perdió como local frente a Quimsa por 68 a 62, por la octava fecha
de la Liga Nacional, en un clima muy caliente. No sólo por la forma de la
derrota y las malas actuaciones que viene realizando el conjunto formoseño,
sino también por la elevada temperatura que hubo en la ciudad, sumado a que no
funcionaba el aire acondicionado del moderno estadio Cincuentenario.
Con un estadio casi vacío y mucho
calor, la noche terminó con un enorme fastidio de las casi doscientas personas
que reprocharon el juego y la falta de actitud de algunos jugadores. Los 33
grados de temperatura se incrementaron de gran manera debido a la estructura
cerrada del Cincuentenario. Como prueba de esto resaltaba la presencia de un
ventilador junto al banco de suplentes. Esto se acrecentó aún más porque la
Unión había obtenido una ventaja de 18 puntos (53-32), pero a la mitad del
tercer cuarto todo cambió y el juego de los locales se derrumbó y no consiguió
recuperarse.
Los aplausos se transformaron en
silbidos y abucheos. Las canciones de aliento para los Celestes fueron
cambiadas por insultos a los jugadores, pidiéndole a algunos que se vayan del
equipo. Aunque no hubo respuesta de los deportistas, que se retiraron
rápidamente hacia los vestuarios. El único que recibió algunos aplausos y
saludó a la gente al final del partido fue Kyle Lamonte, quien cuando se
retiraba le obsequió su vincha a un niño de la tribuna.
De esta manera la gente se retiró
con una nueva derrota y un gran reproche a sus jugadores, que por el bajo
rendimiento convocan cada vez menos a los formoseños.
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