Por Jonatan Reimondi
Un trotamundos. De la
localidad entrerriana de Villa Elisa a La Boca, Buenos Aires. Siendo muy
jovencito y con inferiores en el conjunto xeneize retornó a la provincia que lo
vio nacer, para radicarse en Concepción del Uruguay y formar parte de Gimnasia,
quizás, su lugar en el mundo. Las excelentes actuaciones en el Nacional “B” y
el casi ascenso a Primera División en la temporada 2001/02, hicieron que haga
escala en Nueva Chicago, para que en menos de dos años trascienda las fronteras
para formar parte del Valladolid español. Una temporada en la Península Ibérica
y pasaje a Córdoba, lo esperaba Talleres. En el 2005, en suelo Bonaerense, se
puso la de Lanús, y al año siguiente se calzaba los colores de Arsenal de
Sarandí. En el club del viaducto estuvo seis temporadas. Es verdad que nunca
gozó de la titularidad del arco, pero… ¿Quién le quita lo bailado? Se adjudicó
el reciente torneo Clausura e incluso viajó a Japón a jugar la Sugura Bank,
luego de haber sido parte del equipo que levantó la Sudamericana 2007.
Con la chapa de campeón
argentino recién estrenada dejó tierras bonaerenses para volver a su querido
Lobo entrerriano. A los 34 años y luego de viajar de aquí para allá, Catriel
Orcellet quiere sólo una cosa: sacar a Gimnasia del Argentino A y depositarlo
en la B Nacional.
-¿Cómo fue volver a Gimnasia luego de diez años?
Cuando me fui en el 2002
sabía que tarde o temprano iba a volver. Uno siempre vuelve a su casa y esta no
iba a ser la excepción. Hace varios años que venía hablando con los dirigentes
sobre una posible vuelta, pero todavía tenía una deuda pendiente en Arsenal. Mi
objetivo era poder consolidarme en el club de Sarandí, pero por diferentes
razones no lo logré, pero igualmente estoy contento y satisfecho con la carrera
realizada.
Cuando terminó el
torneo, a mediados de año, ya estaba decidido mi retornó a Entre Ríos. Hacía
meses que había comunicado mis intenciones de volver al final de la temporada y
las cosas se dieron rápido y por suerte con el mejor cierre en Arsenal.
Sentimentalmente, uno es
feliz de poder culminar su carrera en el lugar donde debutó. Yo le debo mucho a
Gimnasia, y más allá del afecto que le tengo al club, todavía soy profesional y
vine con ganas de lograr cosas positivas. Llegué para sumar, mejorar la campaña
del año pasado y si se puede, pelear lo más arriba posible, sino se da esta
temporada será la próxima.
"Catriel Orcellet"
-Exactamente tu regreso se dio a diez años de la mejor campaña de
Gimnasia en su historia, que fue esa promoción (2002) en donde estuvo a punto
de ascender a primera.
Sí, es de los mejores
recuerdos que tengo en mi vida deportiva. Pese a la derrota, ese ida y vuelta
de la promoción con Unión (Gimnasia ganó 3 a 1 de local y perdió 3 a 0 en Santa Fe) fue de las
mejores sensaciones que me dejó el fútbol. No sólo porque se estuvo a un paso
de lograr un ascenso a primera división, que no es común en Entre Ríos, sino
también por todo lo que enmarcaba a ese equipo. El grupo humano era
maravilloso, además de jugar con mi hermano Hernán, estaba Luciano
(Leguizamón), Diego (Ceballos), Juan (Monge), entre tantos otros que después
pasarían al fútbol grande.
No quiero ser
redundante, pero sin dudas, eso fue de los mejores momentos que me dio el
fútbol. Ahora diez años después ojalá se repita.
-Actualmente…el arranque del torneo Argentino “A” no fue muy bueno ¿Se
puede mejorar?
El comienzo fue bastante
dubitativo hasta la fecha cinco. Jugábamos bien de local, pero no se daban los
resultados, y de visitante no podíamos encontrar el mismo juego que
practicábamos en Entre Ríos. Obviamente, el quiebre se vio en la fecha seis,
donde conseguimos la primer victoria ante Racing (Olavarría) 3 a 2. A partir de ahí, ganamos
dos y empatamos otros dos y ayer cosechamos una nueva igualdad en Villa Ramallo
(0 a 0
contra Defensores), en un partido donde merecimos más y volvimos a casa sólo
con un punto. Igualmente, el Argentino A es largo, estamos a nueve puntos del
puntero (Dep. Maipú) pero queda mucho por recorrer. Hay que tener en cuenta que
el torneo es tan largo como complejo.
En el 2002 fue mi último
partido en Gimnasia y desde ahí fue complicado. Todos los años cambiar de un
lugar a otro. Primero fue Buenos Aires, después España, siguió Córdoba y seis
años en el Arse. Por suerte y para la tranquilidad de mi familia este último
tiempo tuve la posibilidad de quedarme en un mismo club.
-¿Cómo se explica el proceso Arsenal en tu historia?
Fueron seis años donde
estuve bien, cómodo y con muchas expectativas. Mi familia estaba asentada de la
mejor forma posible, así que eso me daba mucha tranquilidad para quedarme en el
club y buscar mi mejor versión para pelear un puesto.
Futbolísticamente, me hubiese
encantado poder hacerme del arco en algún momento. Más allá del comienzo de la
temporada 2008, donde ataje los primeros partidos del torneo y la fase de
grupos de la Libertadores, después nunca tuve la continuidad que hubiese
querido. Pero bueno, son cosas que pasan, tenía la opción de irme pero por las
comodidades que mencioné anteriormente preferí quedarme ahí.
Puntualmente, este
reciente torneo, me tocó ser suplente de Campestrini, y sólo actué como titular
en un partido. Igualmente ser parte del conjunto campeón es una alegría que no
tiene precio. No todo jugador de fútbol tiene la suerte de salir campeón alguna
vez del torneo argentino.
-¿Por qué crees que nunca tuviste continuidad como titular en el arco de
Arsenal?
Cuando llegué al club esperé
la posibilidad, pero por ese entonces estaba atajando Mario (Cuenca), y su
nivel era bueno. Cuando él bajó su rendimiento, yo, lamentablemente, me
fracturé y estuve seis meses parado, y ahí fue que vino Campestrini a ocupar mi
lugar. Y bueno, después a mí me costó mucho, pero siempre uno trata de hacer
las cosas lo mejor posible para estar preparado cuando le toque. Nunca se sabe
cuando va a llegar el momento.
-¿Cómo fue el paso por el Valladolid español?
Fue más que nada un paso
que aportó experiencia. Me sirvió para conocer nuevos horizontes, una frontera
que me abrió el fútbol. No atajé mucho en España. Sólo dos partidos. Recuerdo
la rareza del debut, contra el Racing de Santander, perdíamos uno a cero,
habían expulsado al arquero y entré a ocupar el arco. Era penal para ellos, lo
atajé. En el segundo tiempo, menos de quince minutos y otro penal para el
Racing. Nuevamente atajé el disparo, era mi día, pensaba interiormente.
Finalmente, con diez jugadores era difícil y terminamos perdiendo cuatro a
cero. Después atajé unos minutos sobre el final de la temporada pero nada más.
-¿Talleres y Lanús son los pasos previos a Arsenal?
Sí, por ahí en Talleres
tuve un poco más de oportunidades que en Lanús, pero en ninguno de los dos
clubes tuve la continuidad necesaria como para demostrar mi nivel. Pero
igualmente, cada lugar a donde fui sirvió para incorporar cosas nuevas. Fui un
privilegiado que a lo largo de mi vida pude trabajar de lo que me gusta.
-Para finalizar distendido, ¿sos hincha de Boca?
La verdad es que de
chico uno siempre fue fanático de Boca, pero quizás cuando me fui a vivir a
Concepción y empecé con los torneos del interior en Entre Ríos, me hice mucho
más hincha, más fanático de Gimnasia. Hoy sufro mucho más por el Lobo.
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