El fútbol y la vida
Por Román Garrone
Desde muy chico Juan Pablo Vojvoda
empezó a practicar el deporte que todo niño quiere jugar a esa edad, el fútbol.
Debido a que su padre estaba trabajando en las inferiores del club Cruz Alta de
su pueblo, Vojvoda se propuso hacer este deporte. Además, siempre que pudo
estudió a la par: primario, secundario y hasta empezó a cursar Medicina, una
vez que ya jugaba en la Primera de Newell’s. Así comenzó la carrera de este
gran profesional que logró destacarse tanto dentro como fuera de la cancha.
"Había seguido Medicina porque mi madre está ligada a esa rama"
"Había seguido Medicina porque mi madre está ligada a esa rama"
- Cuando empezaste este deporte, ¿soñabas con llegar a Primera?
Sí, porque siempre me lo propuse,
tuve el convencimiento, la ilusión y el pensamiento de jugar en la Primera de
un equipo que milite la primera categoría del fútbol y eso fueron los motivos
por el cual logré llegar. Siempre pensé que mi vida iba a pasar por ser un
profesional del fútbol.
-¿Qué recuerdo tenés del debut en
Primera?
Fue algo maravilloso. Un partido
contra Lanús de visitante, donde no nos fue bien. En ese tiempo Newell’s venía
castigado por los resultados. El equipo necesitaba una renovación y es allí
donde los pibes de ese momento tuvimos esa gran oportunidad y a partir de ahí
empezó mi carrera como profesional.
Me dejó la enseñanza a nivel de
inferiores, ya que tuve técnicos que estuvieron en Primera y cada uno de ellos
me aportó un granito de arena. Además me sirvió mucho compartir vestuarios con
gente de experiencia. En el tema personal me quedo con la gran amistad que me
dejó el deporte con mis compañeros.
- Luego de tu paso por la Lepra,
¿Por qué España y no quedarte en Argentina?
Yo tenía propuestas de acá, no me
acuerdo bien ahora pero estaba Olimpo y Estudiantes de La Plata. Pero Newell’s
me dio a préstamo a un club de España de la segunda división, el Compostela.
Era una buena oportunidad para mí, salir y conocer otro tipo de fútbol y, además,
en ese momento acá en Argentina pasaba por un mal momento económico, el fútbol
estaba inmerso en esa crisis y decidí irme a Europa.
- ¿Te arrepentís de haberte ido?
No, me sirvió mucho estar en España,
no por lo económico porque cobraba un sueldo normal de cualquier trabajador,
sino por las cosas y vivencias que me dejó en lo personal, en la vida
cotidiana. En ese paso por Europa me quedo más con el aprendizaje de vida que
con lo deportivo. Lo aproveché para abrir un poco la mente, aprender otra
cultura, a vivir fuera de mi país, a estar solo con mi señora y hacer amistades
distintas de las que ya tenía acá.
- ¿Te adaptaste bien a España?
Sí, fue el primer año que me costó
un poco pero luego fue una adaptación rápida y buena. Fue un país maravilloso y
lo disfruté.
- ¿Después de ese paso volvés a la
Argentina?
Sí, luego de esos seis o siete años,
volví acá para jugar en Tiro Federal, ya que se me hacía difícil encontrar
algún club, debido a los años que estuve afuera. En Tiro jugué un año y disputé
el Nacional B. Luego tuve dos años muy lindos en Sportivo Belgrano de San
Francisco, donde luchamos dos ascensos y me sentí muy cómodo. También ayudó que
los resultados eran buenos y sirvió para la convivencia y todo lo de más. Y ahora
acá en Sarmiento.
Siempre trate de cuidarme, de hacer
una vida sana y prolija, y eso creo que fue lo que me llevó a estar en
condiciones para seguir. Nunca lo planifiqué, fue una cosa natural.
- ¿Cuál es el objetivo próximo con
Sarmiento?
Seguir disfrutando en lo personal y
en lo grupal de llevar a Sarmiento a lugares importantes, pero soy consiente de
que es de apoco y que lleva tiempo.
- ¿Tiene fecha de vencimiento tu
carrera o todavía ni lo pensás?
No es que ni lo pienso, pero soy
consiente de que tengo una edad, una familia y esas cosas me pesan mas que el
aspecto físico. La familia es la razón por la cual pensaría dejar el fútbol.
- Una vez que te retires, ¿vas a
terminar la carrera de Medicina?
Todavía no lo tengo pensado. Si bien
no es mi vocación el estudio pero, para no tener algo inconcluso, me gustaría
terminarlo. Luego veré lo que mi mente quiera hacer.
Juan Pablo Vojvoda, defensor central
de 37 años de edad, oriundo de la cordobesa Cruz Alta con estirpe futbolero y
un horizonte donde hasta una carrera universitaria es posible. Todo un ejemplo,
de deportista y de vida.
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