Por Román Garrone
Sarmiento de Leones disputó la
segunda fecha del torneo Argentino B y visitó a Villa Cubas de la provincia de
Catamarca. El equipo local no jugó en su cancha, sino que el encuentro se
disputó en el estadio Bicentenario. Para el Demonio significó una grata
alegría, ya que jugar en una cancha de tal dimensión no se da todos los días.
El estadio de fútbol "Ciudad de
Catamarca" se encuentra en la zona norte de la capital provincial. Cuenta
con capacidad para 20 mil personas sentadas y costó cerca de 37 millones de
pesos. Además está en medio de las montañas, es decir que uno puede ver los
partidos desde allí arriba con total comodidad. La inauguración oficial se
llevó a cabo el 30 de Noviembre de 2010, mediante un acto político y artístico
con presencia de varias figuras a nivel nacional. Los equipos que pisaron por
primera vez el césped fueron Villa Cubas y Atlético Policial (ambos del
Argentino B), con triunfo para el primero por 2 a 1.
Fue en esa cancha donde Sarmiento
disputó su partido. Un estadio que sorprendió a todos los que pudieron ir. Para
un equipo del interior de Córdoba, jugar en ese tipo de cancha fue algo
inimaginable hace unos años. Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, periodistas
e hinchas, se quedaron impactados cuando ingresaron al mismo. De entrada llamó
la atención que el micro de la delegación llegó y entró al estadio, cosa que no
ocurre normalmente.
El vestuario visitante es
enorme, con los muebles nuevos, y cada jugador tenía su propio casillero donde
se encontraba la indumentaria. También cuenta con un espacio para hacer la
entrada en calor de césped sintético. Pero no sólo los jugadores estaban
cómodos. Los periodistas contaban con unas cabinas impresionantes, bien
iluminadas, grandes y hasta con un televisor. Y para llegar hasta las cabinas
tenían que subir un piso en ascensor. También los dirigentes vieron el partido
con total comodidad, en los palcos vip del estadio, donde le dieron bebida y
comida durante el partido.
Seguramente ese día quedará para la
historia grande de Sarmiento. Y para los que lo vivieron en carne propia, un
recuerdo que nunca se les borrará de su mente.
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