Javier Meucci, el emblema del Taekwondo
Por Gisela Rodríguez
Sexto Dan, padre y maestro. Javier Meucci se destaca como uno de los representantes nacionales que ha colocado a la Argentina entre los cuatro primeros puestos a nivel internacional. Sus hijos son el legado vivo de la filosofía que el Taekwondo esparce sobre el cuerpo y la mente de los deportistas. Una disciplina milenaria con historia donde prevalece la constancia, la perseverancia y la tenacidad.
“Siempre tuve el apoyo de toda mi familia”, destacó Javier Meucci, actual entrenador del seleccionado argentino de Taekwondo. Su carerra dentro de la disciplina comenzó en 1982 y hasta hoy se desempeña interrumpidamente en la actividad, la cual representa sus valores dentro de la sociedad. Meucci reconoció al arte marcial como formador de la mente y el espíritu. “Para mí es una forma de vida, entonces yo siempre traté de inculcárselo a mis hijos”, admitió.
¿Qué se siente ver a tus hijos practicando y que tengan la posibilidad de aprender de vos?
Entreno a Francesca que tiene cinco años y Gino que decidió comenzar a practicar por iniciativa propia a los dos años medio. Para mí es un orgullo porque realizan la misma actividad que yo y con mucha responsabilidad. De hecho llegamos con Gino esta mañana de la Copa América que fue en Tucumán, donde participaron nueve países y más de 1.500 competidores y él salió primero en forma de cinturón negro y primero en combate. Para mí obviamente es un orgullo porque además que le gusta practicar Taekwondo, le gusta competir y lo hace con muy buen nivel.
¿A nivel internacional qué competencia existe este año?
A nivel internacional tenemos en agosto el campeonato mundial en Tallin, Estonia. Este año sólo juveniles y veteranos. En noviembre se desarrollará el sudamericano en Machu Pichu, Perú.
Como dato destacado, hace unos días se desarrolló un congreso de la Federación Panamericana en Tucumán. Allí se discutió que muy probablemente Argentina sea anfitrión de los juegos del año próximo, con la ubicación de la sede en la ciudad de Rosario. Es muy importante esta promoción, teniendo en cuenta que mundialmente nos encontramos entre los cuatro países mejores del mundo. En Bulgaria 2006 quedamos en segundo lugar dentro del medallero general. Este fin de semana el seleccionado salió campeón Panamericano de la Copa América tanto en forma como en combate. Argentina está en el primer nivel.
¿Notás que el avance se dio en los últimos años?
Sí, de hecho fuimos evolucionando un montón. Hay que tener en cuenta también que desde el 2005 hasta ahora existieron cambios generacionales en cada seleccionado, y que van ingresando chicos nuevos, por fortuna, siempre con un mejor nivel.
¿En qué año pensás que esta disciplina adquirió un auge mayor nivel nacional?
En 1968 vinieron los primeros maestros coreanos a la Argentina y desde ahí se comenzó a desarrollar con constancia en nuestro país. La nación empezó a competir en los campeonatos mundiales en las primeras ediciones de los mismos. En la parte deportiva el Taekwondo ITF fue muy desarrollado mundialmente y sobre todo en la Argentina. Se puede decir entonces que se tuvo un auge desde siempre, pero sobre todo desde los ’90 en adelante.
Actualmente Javier Meucci es el coordinador nacional del seleccionado y durante el año se desempeña como profesor en un reconocido club de la ciudad de Rosario. Ve crecer a sus hijos divirtiéndose y aprendiendo de la disciplina del Taekwondo, su mayor logro que le dio la vida. A nivel competitivo se coronó campeón en reiteradas ocasiones con la albiceleste.
¿Qué significa ser Sexto Dan y representar al país?
Para mí es un honor muy grande, porque yo llevo a la Argentina en mi corazón. Creo que para cualquier deportista lo más importantes es representar a su país en la actividad en la que se desarrolla. Por eso fue un orgullo muy grande ver elevarse la bandera argentina cuando salí campeón mundial en Bulgaria. Estar en el podio y ver a la bandera fue un verdadera satisfacción.
Con las ideas claras y el espíritu deportivo intacto, Javier sueña con volver a la competencia como partícipe personal. “Este año seguramente ya tengo el tiempo para ser Séptimo Dan, la graduación de maestro. Eso es muy importante para mí. Estoy analizando también la idea de competir en mi último mundial, en Estonia”, exclamó el rosarino. Admitió que las razones que le complican la realización del viaje son meramente económicas, ya que los competidores se deben solventar todos los gastos. “En el caso de los entrenadores, la Federación Argentina nos paga la estadía”. Los sponsors sonprecisamente los actores principales a la hora de cubrir los márgenes de dinero necesarios.
A la hora del desarrollo diario los factores económicos dependen de cada institución. “Asimismo sin tener apoyo del gobierno, la Argentina está entre los mejores cinco países del mundo, siendo los restantes cuatro, subsidiados por el estado. Corea del Norte, Rusia, República Checa, Kazajistán, Croacia, son naciones donde se compite de manera profesional y se ubican entre los primeros seis junto con Argentina”, remató.
¿De todos los países a los cuáles viajaste, cuál te sorprendió y cuál fue aquel que más te gustó?
Por una razón de que el Taekwondo es coreano y proviene de ese país, para mí fue muy importante viajar a Corea del Norte, a Pyong Yang. Estuve en dicha ciudad, donde estás sepultado el general Choi Hong Hi, creador de la disciplina. Además allí está el Palacio del Taekwondo, construido por el general. El mismo tiene capacidad para 2.400 personas sentadas. Fue magnífico ver la exhibición del equipo local y todas las competencias que se desarrollaron. Es un país al cual no muchas personas del mundo pueden acceder, así que fue un verdadero privilegio.
Bulgaria y Eslovenia son otros de los lugares a los cuales me gustó viajar, en este caso, por la belleza de sus paisajes. En cuanto a la competencia el mejor rendimiento lo hemos tenido en Bulgaria, al quedar segundos en el medallero general.
¿Durante los torneos qué factores intervienen, influye mucho lo psicológico?
Fundamentalmente en la parte profesional se tiene muy en cuenta la cuestión psicológica, sin dejar de lado obviamente la parte técnica y la física. No hay que dejar librado nada de estas tres cosas al azar. Es muy relevante este aspecto porque por intermedio de trabajar con los factores positivos y tener una mente concentrada en la competencia, se logra adquirir un mayor rendimiento y una mayor confianza. Se realiza un trabajo de observación para adelantar visualmente y trasladarse al lugar donde se vaya a realizar el torneo y ver todo con anterioridad.
¿Ustedes se ayudan particularmente con algún profesional o realizan por su cuenta la preparación psicológica?
En el caso de afrontar la competencia de los mundiales, tanto en Bulgaria en el 2006, como en Eslovenia en el 2007, además del año pasado en Corea del Norte, yo trabajé con profesionales. Se contaba para el seleccionado con responsables abocados a los aspectos físicos, yo dirigiendo la parte técnica y un psicólogo que trabajaba sobre la parte mental. Igualmente en mi rol de entrenador se trabaja también la parte psicológica de los alumnos”.
Como entrenador ¿qué le recomendás a todos aquellos que quieran iniciarse en la disciplina o que ya estén practicando?
Fundamentalmente el Taekwondo es un arte marcial y no un deporte, así que hay que practicarlo como lo que es. Requiere mucha disciplina, mucha constancia, perseverancia y tenacidad. Esos factores son los únicos que inevitablemente te permiten llegar a un nivel óptimo y a una graduación alta. Más allá de que uno tenga más o menos condiciones físicas o técnicas, lo más importante es tener constancia y perseverancia. Es la fórmula para triunfar de cualquier persona, en cualquier actividad. Después particularmente tienen que entrenar mucho desde la parte técnica, física y mental.
Trabajo en estado puro, ingrediente fundamental para que la Argentina se ubique hoy entre los mejores países a nivel internacional en la práctica y competencia del Taekwondo. No hay recetas secretas, todo se basa en la preparación y el esfuerzo.