Paracaidismo, el arte
de volar los cielos
“¿Cómo te explico lo que se siente bajar en caída libre?”.
Matías Aresca, amante de la disciplina, y su punto de vista
Por Jona Reimondi
Todo lo que sube tiene que bajar. Está frase se mimetiza al cien por ciento con el mundo del Paracaidismo, pero para ser más específica debería tener un par de palabras más: “Todo lo que sube tiene que bajar (pero) por voluntad propia”. Y así es.
Pero no todo resulta tan fácil como lo muestran las películas, ni tan catastrófico como mostraba aquella vieja serie televisiva llamada “Los videos más asombrosos del mundo”. Existe un punto medio al que se llega mediante un proceso de preparación.
Matías Aresca es instructor del Club Rosarino de Paracaidismo. A sus 29 años tiene una vida entrelazada con el arte de descender de los cielos que se justifica con más de 3600 saltos. Tantos descensos son producto de que la actividad es su diversión, su deporte y su trabajo. A continuación es el encargado de desenvolver las diferentes cuestiones que hacen al punto cero del paracaidismo. Además desarrolla su perfil deportivo y la actualidad de dicho deporte en el suelo argentino.
Paracaidismo: punto cero
- ¿Cómo comienza una persona con el paracaidismo?
- Hay dos formas. Una profesional y otra recreacional. Existe el curso de paracaidismo para aquellos que se quieren dedicar a la actividad. Pero para eso, tenés que probar de qué se trata y por eso existe el salto tándem o bautismo.
-¿Qué es el salto tándem?
-¿Cómo te explico que se siente caer en caída libre? Eso no se puede explicar, tenés que experimentarlo. Esa es la función del salto bautismo. Es la primera experiencia y para muchos la única. Otros quedan fascinados y de ahí hacen el curso. Obviamente el tándem se realiza con un paracaídas biplaza (de ahí su denominación) donde el instructor acompaña al paracaidista.
- Vinculando a la parte profesional ¿Cómo es el curso?
- El curso en Argentina es medio a los ponchazos. Además de la pequeña parte teórica, son quince saltos. Cinco de ellos como si fueran de bautismo pero con algunos leves movimientos. Otro cinco donde ya vas solo con tu paracaídas pero el instructor te va vigilando al lado y dándote indicaciones. Los restantes forman parte de la culminación del curso. Está claro que en quince saltos no se aprende todo. Necesitas cientos de caídas para manejar bien las posturas, las posiciones y todo lo que hace al paracaidismo.
Y el lado teórico está pero es intrascendente, lo importante es la práctica. Podés saber lo teórico a la perfección pero cuando se te abre la puerta del avión la teoría pasa a un segundo plano.
- ¿Hay que cumplir ciertos requisitos para poder saltar?
- Lo único es no tener miedo. Si no hay temor cualquiera puede saltar. Ejemplo hay un hombre que no tiene piernas y salta con eso te digo todo. Se las arregla para aterrizar con otra parte del cuerpo.
- Como se sabe, el paracaidismo entra en el grupo de deportes extremos ¿Es realmente una actividad peligrosa?
- El paracaidismo es peligroso. En el sentido material no, pero en el sentido común sí. Estás subiéndote a un avión y tirándote, si eso no es peligroso ¿Qué lo es? (Tono de broma). Hablando en serio, si lo material está en orden no tiene porque haber inconvenientes. Puede volverse riesgoso cuando se salta de a muchos, cuando se realizan actividades que consiste en mezclarse en el aire, en formar figuras, etc.
Igualmente, para mí, es más peligroso ir hasta Victoria en auto por la ruta que tirarse en paracaídas. Si saltás solo, subís, abrís y bajás, no es peligroso.
- “Sino tenés miedo te podés tirar” ¿En lo personal tenés o tuviste miedo en algún momento?
- En el avión, por que ahí no dependés de vos, ni siquiera del piloto sino exclusivamente del avión. Estás volando, se sale un plano (ala) y qué hacés, no volás más. Cuando me tiró en paracaídas ya depende solo de mí.
Perfil deportivo
Aresca no sólo pasa sus horas en el predio de Victoria, Entre Ríos, donde actualmente desempeña sus actividades el Club de Paracaidismo de Rosario, sino que la relación con el deporte vas más allá del vínculo laboral y como se mencionó en el comienzo la competencia es otra de las cuestiones que forman parte de su vida.
- Deportivamente hablando ¿Cuál es tu actividad y cómo te desenvolves en ella?
Yo me especializo en tres tipos de disciplinas que son competencias de aterrizaje: Velocidad, distancia y precisión. En Argentina existen, pero son escasas. Mis resultados a nivel local son buenos, lo que me dio la posibilidad de competir internacionalmente.
- ¿Internacionalmente…?
- Hace un tiempo atrás no pude ir a Praga a representar a Argentina por lo caro que es todo, pero el año pasado competí en el Campeonato Internacional de Paracaidismo y Copa de Golfo de Dubai, que es la competencia más reconocida de la actividad, donde se juntan atletas de todos los continentes. Obviamente los resultados no fueron para campeonar porque hay muchas diferencias de preparación entre el deporte en Argentina y en Dubai. Pero fue bueno haber asistido y personalmente es un logro.
- ¿Cuáles serían las diferencias que mencionas?
- Las diferencias surgen desde lo poco que está desarrollado el deporte acá. Por ejemplo, para viajar a Dubai tuve que vender rifas, sino se me hacía imposible viajar. Otra cosa, en misma competencia había competidores como yo que contaban con un solo paracaídas y hacía todas las pruebas con ese. En cambio, otros contaban con tres y cada uno especializado para cada disciplina. Las diferencias son marcadas.
- ¿Se podría decir que el paracaidismo en Argentina es casi nulo?
- Lo que pasa es que es un deporte que está naciendo. Hoy en día hay poco y nada, está todo en veremos. La Federación Argentina (de Paracaidismo) te llama para competir internacionalmente pero no te brinda competencias previas locales para que puedas ver cómo estás parado. Así que tenés que arreglártelas para entrenar solo. Y es muy caro. Eso también hace que no haya muchas personas que quieran practicarlo.
- ¿Cuál es la dimensión de la palabra “caro”?
- Lo caro por ahí se da desde la concepción de poco desarrollo y la economía. Desde mi experiencia personal puedo decir a modo de ejemplo que practicaba vuelo libre (Free Fly), pero como se puso muy caro tuve que dejarlo y dedicarme únicamente a la competencia de aterrizajes. Hoy en día mi salto en una zona barata sale ochenta pesos. Para poder entrenar bien hay que tirarse cuatro o cinco veces diarias.
Está a las claras las dificultades de la actividad en el país, y antes de desearnos Buenos Cielos (como se suele decir en la jerga de los aires), Matías Aresca como últimas palabras dijo: “El paracaidismo es bastante costoso y no se puede mantener. Si yo no trabajaría de esto no podría saltar todos los fines de semana”. Palabras que sustentan que el paracaidismo en Argentina, como tantos otros deportes, no son para todos.
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