Una institución barrial y deportiva
Por Nicolás Paladini
Echesortu es un club situado en la zona oeste de Rosario, y es también destacado como uno de los planteles más temidos en el mundo del básquet. Durante muchos años mantuvo una rica historia tanto a nivel institucional como deportivo. En la actualidad, la asociación está dirigida por el presidente Carlos Defacio, quien mantiene una estructura aceptable y en condiciones. Todo se fue armando en etapas, durante las cuales se obtuvieron logros, impulsaron nuevos proyectos y se mejoró los trabajos competitivos. El ex pívot Roberto Rosero, perteneciente al plantel de básquet entre 1960 y 1986, recordó algunos nombres que aportaron al crecimiento de Echesortu, mientras que el base Franco Sbarra (integrante del plantel actual de Primera) opinó sobre el manejo de los dirigentes actuales, como así también sobre el trabajo que se lleva adelante con las inferiores.
En ese marco, Rosero comentó que el polideportivo de zona oeste es un club de barrio que siempre se fue expandiendo. A modo de ejemplo, recordó que donde antes mantenían una cancha, sobre calle 9 de Julio entre San Nicolás y Cafferata, hoy se puede apreciar una pileta de natación para los socios. En su época de jugador también se construyó un gimnasio en un primer piso, determinado en su momento como el único de la ciudad. Décadas atrás, los fondos para esos proyectos se obtenían de las peñas que se hicieron famosas como los Bailes de Echesortu, que permitieron reinvertir para ampliaciones y adquisición de terrenos. Como las instalaciones de la institución eran chicas y la situación económica era favorable, se decidió construir una nueva pileta en 9 de Julio entre Lavalle y Avellaneda, para que las personas disfrutaran de sus comodidades.
Hubo muchos presidentes que engrandecieron la entidad como Don Santos Virga, Roberto Rizzo, Armando García, Alfredo Gualiano o el señor Lattuca, quienes se encargaron de formar, nivelar, acomodar y proyectar toda la infraestructura que puede verse actualmente. Hoy la institución es presidida por Carlos Defacio, quien con su trabajo mantiene en orden y condiciones al establecimiento, que es considerado un polideportivo gracias a las distintas actividades que se desarrollan, como judo, karate, kung fu y una escuelita de fútbol, todo junto a un gimnasio bastante completo con aparatos modernos y aptos para los entrenamientos avanzados y adecuados para un distinguido nivel físico.
En relación al terreno deportivo, el ex jugador dijo: “El básquet era y sigue siendo la principal disciplina del club. Se jugó toda la vida con grandes equipos y jugadores, y en la actualidad tiene un plantel muy bueno, comandado por Freddy Cano, que ganó el campeonato de 2009, y fue protagonista en 2010 y 2011” . Este año, Echesortu está participando en la Liga Nacional “C”, se clasificó segundo en la zona, en los Play Off eliminó al equipo de Rafaela y su actual rival es Huracán de San Javier.
Aunque el dato no menor de la situación actual, es que la relación de los dirigentes con el básquet no es muy fluida, sino que la actividad es manejada por tres socios y un entrenador de primera división, además del aporte de un cuerpo técnico de inferiores a cargo de más de 120 chicos anotados en la Asociación Rosarina de Básquet. En épocas pasadas las autoridades eran amantes de los deportes amateur pero en este caso los mandatarios se dedican a los trabajos de mantenimiento y no invierten en las disciplinas.
A pesar de ello, el club es manejado correctamente, contando con tres mil socios, cifra importante para un club de barrio. Al respecto, Franco Sbarra argumentó: “El esqueleto del edificio está quedando chico y se refleja normalmente cuando no tenemos tanto tiempo de uso de la cancha como para entrenar y jugar”. También declaró que los asociados se dividen entre aquellos que están agradecidos y los que no están conformes con el presente del club.
Por su lado, los dirigentes no aportan demasiado en las especialidades sino que cada comisión se la tiene que rebuscar a su manera, como puede, y los jugadores del básquet están apartados de los manejos directivos.
En el cierre de la conversación, Sbarra se refirió a la influencia de las inferiores para el plantel profesional y detalló que ellos ascendieron en el 2003 a la “A” con una tarea hecha a pulmón y un trabajo de gente allegada, fanáticos y los cabecillas del club. Hace seis años llegó el actual entrenador, pactó un proyecto y a los dos años el equipo se quedó con el título de la Rosarina del 2009. Tanto la máxima división como las inferiores mejoraron su desempeño: los más chicos compiten en la categoría superior y la cantidad de jugadores llegó a los 120 jugadores, el doble que en años anteriores.
Día a día, el polideportivo de zona oeste de Rosario muestra mejorías en todos los aspectos. Mantiene una base y un propósito estable para la comodidad de sus socios y de cualquiera que se acerque al lugar.
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